img La Mujer del Diablo  /  Capítulo 5 La llamada | 50.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 5 La llamada

Palabras:2396    |    Actualizado en: 13/01/2024

ni

hombres has es

cae de sorpresa que me cuestione algo así, porque siendo amigas la confianza que tenemos es extrema, al tal punto de que

arme, cogiendo una barita de apio y

l espagueti en la estufa y con una copa de

rdad de todo lo que hice en mis veintes. Una vez escuché a alguien decir que no le tienes que contar todo a tu parej

exclama y me echo a reír, bebiendo del vi

barra de granito y sonriendo al recordar a mi yo y l

a lo que solo me encojo de hombros. Realmente no extraño sentirme sola, con Gabriel me siento plena

i lugar, sintiendo la pregunta demasiado p

y apaga la mecha de la estuf

har a servirme más vino en la copa, espera

Gab

o, es el

ñas color

ico que tambié

o se

s mi jef

n confusión -. Es que cuando empecé a salir c

fundida, sin embargo, solo se mofa. -

nderezándome y tomando un plato para servirme el

tir

gica. Es mi soporte, quien me apoya

Perdí cuatro años de mi vida metida en una relación que no s

–bromeo, mirando la hora en el reloj de mi muñeca. Gab

tractiva cuando se maquilla, aunque a veces siento que exagera un poco, pero igual no deja de ser guapa -. ¿Ya te conté

temor desde chica, por lo cual nunca me ha

te lo r

a cita de la valoración. ¿Tú nunca

físico, siento que las proporciones de mi cuerpo y mi rostro

a verd

ad tenía conocidas, pero no eran amigas, porque siempre había cierta chispa de envidia que no podía pasar por desapercibida. No obstante, con Pamela es todo lo contrar

-cuestiona luego de u

ojo la miro acomodarse el cabello discretamente y ajustarse la blusa aún más, per

evanto la cabeza, sabiendo que es Gabriel quien ha llegado. Le sonrío a Pa

del apartamento. Él deja sus llaves en la mesita de la en

us brazos me aprietan con fuerza y me elevan del piso mi

vuelve a dejarme tocar el piso. Gabriel eleva

pera

Pamel

caminamos hasta la cocina. Pamela le sonríe en cuanto

l vino y la champaña, tanto que si por él fuera siempre bebería cerveza barata en cualquier lugar. A

colocándose tras mi espalda y abrazándome -. Ya ni

ma mientras que estoy sola. Desde que llegué al apartamento por la tarde solo me l

os, y sus ojos brillan al pensar que estoy sin una preocupación

cabeza recargada en su pecho: es muy atractivo, y cualq

o m

actamente y él porqué jamás lo he visto

su boca y él se ríe, mientras que Pamela

nzo mis cejas y lo m

se? ¿Qué

dose a mi lado-. A Viktoria le

antengo impasible. ¿Consentida? ¿Ella? ¿Y por q

antes poder retenerla. Muerdo mi lengua y Gabri

enfocando su at

entir, no se me tendría porqué dificultar ahora -. Q

s de sus dedos y se encoge de hombros.

pregunta Pam, para acop

asecha, y a Gabriel pare

miraste? ¿Miraste el anillo del búho en sus dedos? Ian le da todo, y es obvio

, queriéndome adentrar a saber

a avisarme de la muerte de Annabelle. ¿Ian ya la habrá superado? -. Y es un hijo de puta con muchos negocios: es el dueño del motel 69 -su mano me da un apretón y doy un respingo ante su gesto

scuchar el nombre de ese motel, y ahora me entero qu

za a sacar una conversación trivial a Gabriel y ambos empiezan a hablar. Los dos hablan un poco más cuando están ing

pasillo y miro a Gabriel. No suelo recibir visi

indaga, poniéndose de

que nadie

mi plato en la tarja. Pamela se aclara la ga

nto y cierro mis ojos al reconocer l

-cruzo mis brazos, recargándome en la pared. Gabriel se te

ice que son celos, porque antes de que llegara yo ellas eran su prioridad; como sus hermanas pequeñas, y yo pienso que solo es inmadurez de su parte. Tal vez la gente también pensaría que la inmadura soy yo, sin

r muchos -espeto, y su mir

lleva a todas partes

e tiene veinte años ya no es una niña y por esa

yo soy s

a ver. Enderezo mi espalda y end

evarla a c

un mes porque él no me dejo discutir con ellas, con la

plirle favores? -escupo, y Pamela observa la

iell

risita burlona que hace su sobrina en el marco de la puerta. Me dan ganas de b

por favor n

que despertar temprano -avisa

uede llevar a su sobrina no dudo en que tambié

llevarme la contraria y asiente. Pamela toma sus cosa

en el cachete. Sabe que estoy molesta, sabe que no tolero a sus sobrinas

a cocina. Apago la música que resuena e intento por regularizar los latidos de mi corazón

que se trata de Gabriel llamándome para disculparse. Me acerco a tom

dubitativa acepto la llama

las doce de la noche, no suelo recibir llamadas tan tarde a m

niel

en mi estómago y

ciorarme de que solo estoy confundi

yo,

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY