staban en el escritorio terminaron en el piso al igual que las t
se quedaba hasta tarde trabajando, últimamente su estadía en el trabajo hasta tarde era
de noche, y un pequeño perchero con
rmir a Barbara en el sofá cama,
ación ol
de cabello entre sus dedos y los olió,
y menos cuando ella le exigía más, y no quería dec
ntió el cuerpo caliente de E
ie
ue
as mujeres de compañía del club. - realmente estaba angustiada,
é que no eres como ellas, pero me es imp
no sé qu
ro estar así contigo un rato más- la atrajo más hacía
, y es que todavía esos meses de trabajo en el club le estaban pasando factu
todo lo que quisiera tomo una ducha y se vi
stre, pero valío la pena, y su miemb
eles regados en el piso c
ela
estaba preguntando le estaba co
bu
a ver en ese moment
debo t
o iban las cosa
es todo es
u secretaria en su lugar de trabajo,- se sentó frente a su escritorio por suerte ya Eros lo h
no podía creer que lo había vuelto a hacer con ese hombre su amor platónico, bueno... Ni
do había quedado en alguna parte de la oficina. Aún con la puerta cerr
taria? - le dijo con una cara de pocos amigos, esa m
esta bien armada, nada más salir del ascensor y se
pudo evitar nada más recordar lo que le
da, en el momento realmente no le importo, pero escuchar de ese señor qu
mal abuelo. No pa
no has hecho nada para demostrar que eres digno de ella. Te pedí que te casaras
o que sea por merito propio no por estar casado, mi hermano
eres la
que no me gusta que nadie me
que época vivía? Mira que poner semejante condic
Más de una estaría más que complacid
entie
ada que e
do evitar imaginar la desnuda, esa lencería roja que tenía estaba de infarto. - pero el sabía muy bien que ella había escuchado la
s aún en compañía. -el abuelo la contempló, realmente
e pierdo.- no sabía que hacer ¿Que la prese
lo n
spués de todo que podía perder? Ya el viejo sabía lo que habían echo y
Eros- estrecharon las manos y fue
diendo, ¿su nieto no que no se quería ca
, no había más que decir ambos sabía el porque de esa fec
nieto se lo confirmaba, estaban enamorados, pero ¿Porque no decirlo? Aunque ya se lo había dich
de miel. - el abuelo se puso de pie y estiró las arrugas ima
e rojo como si nada? Está en la caja fuerte del banco, c
rojo? ¿De dón
mujer se mer
ho bien? Por los que sabía los diamantes rojos eran uno de los más difíciles de adquirir y no hablar de lo costoso
ábado para la boda -
el abuelo les dió una última mirada y sonrió,
metí en trem
ablas cuál
de el añillo ¿Es en serio? ¿No pudiste decir ot
sde que te Vi por primera vez y en segunda si tengo ese ani
o quizá las tres cosas si eso, estaba enamorado de ella desde que la vio, sintió una atracción. Única que no había sentido por
a se ofreció, estaba más que decidido a hacerla su mujer a hora legalmente,