do hu
os en e
el lobo
¿Es
aba a ser algo desesperante, ya que ella nunca entendió la razón, puesto que siempre se
hay más de lo que conocemos en este mundo; no obstante, viniendo de él
peligros y tú no eres la Caperucita roja. - Decía su madre cada ve
tiempo se le hizo imposible y más cuando su abuela paterna se mudó a una
cabaña, como herencia. Por lo que al terminar la universidad, se mudó allá, aún muy en contra de lo que su madre deseaba; pero siendo
ahora tenía un trabajo estable como ilustradora de cuentos infantiles y para publicidad, de manera remota. Su padre fue el único que no se había sorprendido, pues a
ctorios y libres, cambiantes como el viento. Por ello, nunca dejó de apoyarla en ninguna de s
año de universidad. Alexander sabía que su hija lo estaba haciendo por amor, sin embargo, algo en su yerno no le gu
umbres, cualquier padre estaría contento que su hija tuviera un novio com
ocía a las personas realmente una vez que vives con ellos; razón
..
r fin, la densidad del follaje la consumía. Pero, contrario a lo que el mundo pudiera pensar, no tenía miedo de la oscuridad a la que se a
enerse completamente. Su pecho subía y bajaba con un ritmo acelerado, su corazón latía desbocado, mi
mientras que se apoyaba en un ár
a del hombro, confirmó que no había nadie detrás de ella, suspirando, se dejó
to, la frustración y el mie
. Pronto la adrenalina, que había llenado su sistema, empujándola a correr, se
tían en la mente de Kiara como un bucle, un tortuoso bucle, que daba c
realmente necesitaba cubrirlo? Sí, no quería preocupar a nadie, ni aceptar que eso era algo que sucedía comúnmente. Los gritos
n la situación actual, estaba más que segura que no había amor, quizás nunca lo hubo,
hacía sentir patética, tan pa
lado o quizás solo era su mente, en el manchado borde del vestido color verde. Suspiro, sintiendo cómo el aire frío ent
no ser el lugar o la situación, solo se largó a llorar, sintiéndose extrañamente protegida. Pe
ella. Debía terminar ese ciclo, de no hacerlo, no es