ado hiciera algo, no lo sé, ahuyentarlos, que se quitara la capuc
e me hacía sentir la simple presencia intimidante de aquellos tres. Uno de ello
La conocemos, es la hija de un amigo y se escapó de casa, su padre está muy
ia que se inventaron no era para nada cierta, ni en un millón de años. Tal vez notaron lo joven que era, a pe
era cierto lo que había comentado ese tipo. Lo miré estupefacto y negand
reí
lo que dic
ada de brazos-. Pero vale, puedes irte y dejarme en
vantándolo en dirección al encapuchado-. Si no quieres terminar ma
ción así, por mi culpa iban a matar a un extraño que solo quería ayudarme, o tal vez siempre tuvo malas intenc
o tenía sentido que siguiera luchando por conseguir de nuevo todo lo que perdí. De un movimien
rma al suelo sin pensarlo dos veces. Mis ojos se abrieron como nunca antes, el extraño se levantó de la banca, dejándome ahí, esp
que en sus caras estaba plasmada la palabra: miedo. Porque el desconocido soltó al tipo, este no dudó en sobarse la muñeca y
ar! -exclamó un lacayo, intentando gol
a porque ni el más fuerte golpe logró hacerlo caer, por más que los amigos del borracho llorara
, pidiendo ayuda con el poco aliento que le quedaba, la saliva se le salía de la boca y sus ojos casi abandonaban sus cue
te logrando que cayera al suelo, sosteniendo su propio cuello y buscando el air
ujer si no quieren que sus vidas acaben. ¿Compr
la vida a otros sin rechistar solo por mí. Mis brazos estaban temblando y ya n
tros dos, casi entre lágr
parecido. Mi pecho subía y bajaba con intensidad, mi boca no se cerraba por más que lo intentara, era ta
igroso, será mejor que vayas a tu casa
entonces? -cuestioné,
que me salvó lo apaciguaba ligeramente. Aun así, no entendía por qué
sentada y no pude evitar escuchar la conversación de esos imbécile
ebido a la oscuridad del interior de la capucha ayudada por la noche. Pero, su voz
or la calle? Porque no soy la única. Hay much
eresado, a cualquier otra la hubiese dejado aq
gué con la cabeza, di un largo suspiro ahogado porque no
creo que funcione conmigo -r
refieres -Se acercó, pude senti
ujé si
n serio piensa que será así de fácil? ¡Eres un
. Pero primero me gustaría hacerte una propuesta -
desgracia mi estúpido jefe me despidió por lo mismo -confe
er
no para mí misma, tenía que venir y compartirlo c
te desalojó
¿Quién era él? ¿Por qué tanto misterio en mantener su rostro a oscuras? Mi respiración empezó a
es su nombre
acer negocios con él. Te conozco más de
e. En ningún momento le dije mi nombre, sabía que era un acosador que seguro me había seguido
importar que algunas personas cerca
ue tengo que decirte
mierda!
la estúpida capucha que cubría su identidad. En un movimiento rápido la arrastré
reconocía exactamente de quién se trataba, no sabía su nombre ni nada. Pero era el mismo hombre que me pagó
e sabía hasta el nombre de mi jefe? Era increíble. Su boca se curveó en una liger
picardía, lamiendo su labio-. ¿Ya sabes quién soy? T
que es obvio que me has estado s
o lo mejor para ti, conozco tu situación y tengo una pr
apuro estoy? -cuestio
linó hacia delante, apoyando el mentón en sus d
rd te quitó todo, ¿o me equi
me conociera más de lo que pensaba, ¿entonces por qué había hecho como si nad
rondaban po