Una joven novicia, obligada por su madrastra, se prepara para ser monja, mientras su hermanastra, busca casarse con un hombre rico, incentivada por su madre, para recuperar la vida de lujos que antes llevaban. Un hombre, rico y poderoso, enamorado de una mujer casada, obligado por su familia, busca una esposa, que sirva para recibir su herencia, mientras sigue con la mujer que ama.
#NOTA: Querid@s lector@s, como siempre quiero agradecerles por animarse a leer mis libros. En esta ocasión a mi mente ha venido una historia, romántica, llena de drama, que espero sea de su agrado. Espero, puedan disfrutarla, tanto como yo escribirla. Tengo muchas expectativas con esta historia, y espero, si se animan a leerla, me tengan paciencia, pues es la primera vez, que me arriesgo a escribir algo narrado en tercera persona. Desde "Ni contigo, ni sin ti", me he esforzado para que mi escritura mejore.
No está de más, aclararles que lo que aquí está escrito es producto de mi imaginación, es por eso que algunas cosas no van a concordar con la realidad. Nuevamente gracias, y un fuerte abrazo. *** De rodillas, frente a su novia, Vanesa, está el gran Ares Walton, futuro heredero del emporio de autos Walton's car. Emocionado, nervioso y feliz, de poder pedirle al amor de su vida, que se case con él. Ares, a pesar de ser, altivo y prepotente, haría lo que fuera por esa mujer, que desde hace casi un año le había robado el corazón; pues desde el día en que, accidentalmente ella se arrojó a su auto, él quedó flechado por esa hermosa rubia, de piernas largas, ojos verdes, y cadera protuberante. En poco tiempo, había perdido la cabeza por quien hoy deseaba que fuera su esposa, no solo para heredar la empresa que le había sido prometida desde nacimiento, y cuya única condición era que estuviera casado, sino porque estaba loco por esa chica. Y aunque ella no fuera de su misma clase social, eso poco o nada le importaba, pues Ares Walton, es el tipo de hombre que solo se enamora una vez, y Vanessa, era el amor de su vida, de eso, él estaba completamente seguro. A sus 27 años se sentía pleno, pues todo marchaba a pedir de boca, era joven, guapo, sexi, multimillonario, y tenía a la chica de sus sueños, de no ser por qué su madre la despreciaba por ser pobre y no tener un apellido de abolengo, todo sería perfecto. -Vanesa, sé que querías que esperáramos un poco más, pero ya no puedo. ¡Estoy loco por ti!, y lo único que deseo es unir mi vida a la tuya. Por favor, no me hagas sufrir y acepta casarte conmigo. Saca del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja que abre para mostrar un hermoso anillo de diamantes que deslumbra a Vanesa, quien jamás pensó poder ver, algún día de cerca, una joya tan costosa. Con esto confirmaba lo enamorado que estaba ese hombre poderoso, de presencia imponente, carácter prepotente, y personalidad misteriosa. Aquel hombre, que sin importar lo complicado, altivo o temible que fuera, estaba de rodillas frente a ella, una simple cantante de bar, que jamás imaginó tener la suerte de que un hombre como él, cayera rendido a sus pies. De seguro era la mujer más afortunada del mundo, pues ella también se había enamorado de él, aunque eran amores muy diferentes. A su propuesta le habría dicho que si de inmediato, de no ser por qué ella, ya estaba casada. Un secreto que debía mantener bien oculto, hasta lograr divorciarse del ampón que tenía por esposo. -¡Amor, no lo puedo creer! -Dice emocionada, intentando mantener la ilusión en aquel hombre, que había derrumbado todos sus muros, y abierto su corazón solo para ella. -Sería la mujer más feliz del mundo, si fuera tu esposa. Ares sonríe ampliamente al oírla decir eso, pero Vanesa, aún no había terminado de hablar, y en su mente calculadora, estaba pensando en la excusa perfecta, para rechazarlo, eso sí, sin despreciar la valiosa joya, que tenía frente a ella, pues si bien Vanesa amaba a Ares, había algo que amaba aún más, y era el dinero y los lujos que siempre soñó tener desde niña. Encontrar el dinero y el amor en una sola persona, era algo que solo pasaba en las películas, y ella lo había conseguido. No permitiría que todo se fuera a la borda por aquel hombre, que siendo joven la engatusó, haciéndole creer que viviría en un cuento de hadas, y no ha sido así. 7 años de matrimonio, a sus 25 años, le han demostrado a Vanessa, que de amor no se come, no se pagan las cuentas, y no se es feliz. -Estoy tan emocionada. Yo... Premeditadamente, se queda callada, intentando demostrar dificultad al hablar. Empieza a llorar desconsolada, lo que preocupa a Ares, que de inmediato se levanta al no soportar ver derramar una sola lágrima a la mujer que el tanto idólatra, pues para Ares, Vanesa, es la mujer más sincera, empática, tierna, hermosa, y de buen corazón, que puede existir en este mundo. -Cariño, ¡hey!, no llores, por favor, me haces sentir mal. -La abraza, y ella se aparta, mirándolo con vergüenza. -Lo siento, hoy debería ser un día feliz, pero, en cambio, me he puesto a llorar como una tonta. -Calla por un momento, mientras el chico más guapo y rico del país, seguía consolándola. -Si tan solo... -Hace una pausa, para llamar el interés de Ares, pues Vanesa es manipuladora en extremo, y sabe qué hacer y que decir en su justo momento. -¿Si tan solo qué, amor? -Si tan solo tu madre me aceptara, te juro que en este momento tendría ese anillo en mi dedo, y contaría los días para darte el sí, en el altar. -Sin embargo, lo que creía Vanesa, sería la excusa perfecta, para Ares no lo era, y menos siendo un hombre que no está acostumbrado a perder en nada. Se aparta de ella con una mirada fría, muy habitual en él, que lo representa, aunque con Vanesa, casi siempre se mostrara tranquilo, y amoroso. -Me estás diciendo, ¿qué me rechazas por mi madre? -Ella con cabeza gacha, nada más asiente. -¿Por qué te preocupa gustarle a mi madre, cuando al único que le tienes que gustar es a mí? -Yo no quisiera causarte problemas con tu familia. Sé que ella es muy importante para ti, y quisiera poder casarme con el hombre que amo, sin sentirme atacada por su madre. -Finalmente, expone ella, con las lágrimas, rodando nuevamente por sus mejillas, pues ella sabía, que sus lágrimas, eran la debilidad de Ares. -Está bien, entiendo cómo te sientes, pero por favor ya no llores. No quiero que ese hermoso rostro, se hinche por cosas que tienen solución. Mañana mismo hablaré con mi madre, con respecto a esta decisión, y te juro que todo mejorará para ti. Vanesa de inmediato, seca sus lágrimas y cambia de expresión, arrebatándole, prácticamente de las manos, la caja con el anillo que él aún sostenía. -¡Está precioso! Sé que aún no te he dicho que si, ¿pero puedo quedármelo, mientras solucionas todo con tu madre? -¡Claro que si cariño!, es tuyo. Sin dudarlo, pone el anillo en su dedo, devolviéndole la caja a Ares, como si esta ya no tuviera ninguna función. Mirando sin parar el gran diamante que tiene en su dedo, preguntándose una única cosa en ese momento. «¿Cuántos millones costará este anillo?» *** Muy emocionada por volver a ver a su familia, después de dos largos años, de noviciado, se prepara la joven Aurora, para regresar a su casa, ya con 20 años cumplidos, con la esperanza de ver a su padre, y a su hermanastra, Adriana, a quien quiere mucho. Pero no a su madrastra que fue quien se encargó de recluirla en ese convento por dos años como novicia, solo para alejarla del chico que le gustaba. Simón, un estudiante de ingeniería de sistemas, quien era despreciado, por haber metido en mucho problemas a Aurora, y ser pobre, pues ante todo ella es una Hermswort. Y aunque ahora estaban arruinados debido a la mala administración de su padre, Isaías Hermswort, y al derroche de dinero de su madrastra. Eloise, seguían rechazando a aquellos que no consideraban dignos, pues a pesar de estar llenos de deudas hasta la médula, ellos pertenecían a una de las familias más prestigiosas y con más renombre del país, y mientras nadie de la alta sociedad supiera de su bancarrota, su apellido era suficiente para sostenerlos. -¡Aurora! -La llama la madre superiora desde la puerta, mientras camina hacia ella, que está terminando de arreglar la maleta. Al escucharla, de inmediato, Aurora, se gira hacia ella, y le ofrece una pequeña reverencia. -¡Señora! -Veo que ya estás casi lista para irte. -Así es madre superiora. -¿Y estás feliz? -Mucho. -A pesar de estar emocionada, se mantiene tímida y tranquila, sin mirar a su superiora a los ojos como se le enseñó. -Pues me alegra mucho Aurora. Sin embargo, recuerda que estos tres meses que se te darán, son para que tomes la decisión de tomar los hábitos o de dejar el convento definitivamente. -Lo sé, madre. -Es bueno que lo consultes con tu familia. Pero también es bueno, que hagas lo que te diga tu corazón. Siempre has sido una buena novicia, y me encantaría tenerte como monja, pero a Dios si no se le va a amar como se debe, es mejor que se le ame desde afuera. Tú entraste obligada a este convento, y aunque eres una buena niña, aquí no queremos obligar ni presionar a nadie para que tome la decisión, de llevar por siempre un hábito. Debes tener presente que este es un convento de Clausura, con una filosofía de vida aislada del mundo, dedicada únicamente a nuestro señor. -Lo sé, madre superiora. Pondré todo mi esfuerzo para tomar la mejor decisión para mi vida. -Me alegra escuchar eso querida. No está de más recordarte que hasta que se cumpla la fecha de la decisión, deberás respetar el hábito. Usándolo a diario, y llevando con honor tu velo, y una toca que cubra tu rostro, solo podrás dejar ver tus ojos. No es bueno, que una posible monja de nuestra congregación, deje ver su rostro, o su cuerpo con ropas que puedan generar malos pensamientos en las demás personas. Aurora sabía las reglas de la congregación, y no le molestaban, después de dos años, ya estaba acostumbrada a seguirlas. Además, ella sabía que era muy bonita. Otras novicias, cuando la veían sin la toca, alababan su hermoso rostro, de facciones delicadas, ojos azules, nariz perfilada, labios gruesos y carnosos, pestañas largas, y cejas bien definidas. Lo que no le molestaba a Aurora, porque su rostro, era un vivo retrato de su madre. Lo que sí agradecía, era llevar el hábito, pues a diferencia de otras chicas, Aurora, se había desarrollado muy tarde, esto pasó, durante los dos años de convento, por lo que su cuerpo había cambiado. Ella siempre había sido delgada, pero sus senos se habían agrandado, sus caderas se habían ensanchado, logrando que tuviera un cuerpo de reloj de arena. Sus nalgas estaban redondas y perfectamente torneadas, al igual que sus piernas, pero quizás eso se lo debía al trabajo pesado del convento, pues todo lo hacían ellas, desde cargar los bultos de la comida, hasta limpiar todo el claustro, que era inmenso. ... Ya era muy tarde, y Aurora salía rápidamente de la estación del tren, esperando encontrar un taxi que pudiera llevarla a su casa. Como no tenía móvil, ya que esos aparatos, no son permitidos en su congregación, y tampoco había un teléfono cerca, que pudiera usar para llamar a alguien. Decidió caminar, con la esperanza de que pudiera encontrar alguna solución. Inocente, camina por las calles oscuras y casi desoladas, de un barrio que parece peligroso. Pérdida, sin saber que hacer, toma asiento en una parada de autobús, muy cansada por cargar su maleta, y con una sensación de ahogo, por tener todo su rostro cubierto. Le faltaba el aire, y aunque intentaba tranquilizarse, las ganas de poder respirar bien, hacían que inconscientemente abriera la boca, lo que provocaba que la tela de la toca se pegara a su rostro, dificultando aún más el paso de aire a sus pulmones. Desesperada, sintiendo que se asfixia, retira de un solo movimiento, aquella tela que cubría su rostro, jalando también su velo, dejando que su cabello envuelto en varios dobleces, cayera. Aurora, de inmediato, sintió cómo una bocanada de aire entraba a sus vías respiratorias, permitiéndole recuperar las fuerzas que hasta hace un momento sentía que había perdido. De pronto, más calmada, cae en cuenta de lo que ha hecho, mira a ambos lados, mientras intenta cubrir su rostro nuevamente, confirmando que nadie la estuviera viendo, y entonces se fija que hay un auto muy lujoso, de color negro, de vidrios polarizados, detenido casi en frente de ella, esperando que el semáforo cambie. Preocupada, termina de cubrir su rostro, y toma su maleta, al ver que un taxi por fin pasa y hace caso a su mano que intenta detenerlo. Ya en el taxi, no puede evitar mirar hacia atrás por la ventana, y divisar el lujoso auto. -¿Alguien habrá visto mi rostro? -Pensaba preocupada, pues Aurora, es una joven muy temerosa, a la que le gusta ser obediente y cumplir sus promesas. La atormentaba pensar, que no tenía ni un día fuera del convento, y ya estaba rompiendo las reglas. -Hermana, ¿hacia dónde se dirige? -Le pregunta el taxista, haciendo que Aurora centre su vista al frente. -Discúlpeme, estaba distraída. Lléveme por favor al barrio Lambeth. ... Después de unos 40 minutos que le tomó trasladarse a su casa desde el otro lado de la ciudad, en el taxi, Aurora, toca varias veces la puerta de la mansión Hermswort, al saber que ya es de madrugada y que todos duermen, hasta que finalmente, alguien escucha su llamado. -¿Quién es?, ¿quién se atreve a tocar a estas horas? -Preguntan al otro lado de la puerta, y de inmediato, Aurora reconoce la voz de su hermana. -Adriana, soy yo, Aurora. Adriana, sin poder creer lo que acababa de oír, abre la puerta con premura. -Aurora, ¿de verdad eres tú? -Le pregunta al verla completamente cubierta, de pies a cabeza. -Sí, soy yo, por cuestiones religiosas, no puedo mostrar mi rostro. Sin embargo, por ser tú... -Aurora, aparta por unos segundos la toca de su rostro, y de inmediato, Adriana la abraza, al confirmar que es ella. -¿Por qué no avisaste que vendrías? Mi madre estará furiosa. -Justamente, por eso no avisé. Si lo hubiera sabido, no me habría dejado venir. Aurora entra a la casa, cargando la maleta, con ayuda de su hermana. Ambas están felices de volver a verse, pero hay algo que también les preocupa, y es la reacción que tendrá Eloise, al saber que su hijastra Aurora ha regresado.
Que hacer cuando descubres que tu esposo, a quien amabas con el corazón te desprecia por sufrir de sobrepeso y te engaña con tu hermana, y juntos tienen planes ocultos para destruirte y quedarse con la empresa que tanto te costo construir. La avaricia y el engaño, serán los causantes de tu muerte, y la venganza la causante de tu renacer. El destino te dará una nueva oportunidad de vengarte, y tú mayor aliado será el Ex de tu hermana. Después de todo, dos almas despechadas pueden ser más fuertes.
Ava, no puede soportar el golpe que supone para ella perder a Chloe, es por eso que su corazón empieza a fallar. Sin embargo Ava se centra en ocultar su dolor para apoyar a su hermano, quien es el más afectado, quedando viudo con una niña pequeña, pero la carga emocional que tiene, más los conflictos constantes con su padre, más la sensación de sentirse en una cárcel, hacen que sus niveles de estrés aumenten y sufra una crisis, que la llevará a que su corazón débil, ya no reciba bien el tratamiento, lo que la lleva al borde de la muerte, su única salvación, será un trasplante de corazón, inicia una carrera contra reloj, donde la meta, es alcanzar un corazón nuevo, pero este corazón traerá consigo muchas sorpresas. No te pierdas esta historia llena de autodescubrimiento, amor y mucha magia, por qué hay que creer, siempre hay que creer
Libro que precede: Ni contigo, ni sin ti Damián Roberts, es un joven ,adinerado, Guapo y mezquino, hijo de un prestigioso Politico de la ciudad de Nueva York, con el que no se lleva bien, pues es un hombre corrupto y prepotente del que sólo ha recibido malos tratos. Tiene una hermana, Ava, quien desde pequeña fue Diagnosticada con un defecto cardiaco. Ava y su abuela que se ocupó de ellos desde el día en que murió su madre, son las únicas personas que a él le importan. Lo único que le interesa en la vida es ser exitoso en los negocios, darle un futuro a su hermana, y seguir el legado de su padre en la política, pues es lo que su padre quiere y lo que él necesita para destruir a su progenitor. Fue criado para generar dinero. Es una persona intimidante, sexualmente muy activa, práctica el b**m, desde hace un par de años y es un Dominante nato que está acostumbrado a hacer lo que se le da la gana. A diferencia de su hermana menor, aprendió a defenderse solo desde que su madre murió, recibiendo los atropellos y maltratos de su padre, para convertirlo en un hombre fuerte, lo que hizo que su corazón se convirtiera en un témpano de hielo. Su padre, prácticamente arreglo su vida, fue comprometido desde muy joven con Crystal una niña Rica, un poco egoísta pero de buen corazón, su único error es haber aceptado ser la sumisa de Damián y haberse enamorado, es la hija de George, un empresario multimillonario, amigo de su padre que financia las campañas políticas de este y con el que tiene varios negocios. Para Damián, su matrimonio solo es un escalón más para alcanzar lo que su padre tiene dispuesto para él. Pero un día conocerá a Chloe, una chica de clase media, llevada por su abuela para acompañar a Ava. Sin saberlo la mujer que pudo derretir el corazón de su nieto, pero que por cosas del destino no lo logró... Damián tendrá que escoger entre el deber y el amor, sin embargo su decisión no será la más acertada, y el destino le dará una lección que jamás olvidará.
Linda es una mujer independiente, capaz, astuta en los negocios; viene de una familia poderosa de prestigio, socialmente reconocida, es muy bella pero muy sola... de pocos amigos, jamás se ha enamorado.. su carácter fuerte y su trabajo según ella no le permiten enamorarse de cualquiera, pero una estrategia de negocios precedida por su familia será la causante de que por fin conozca el amor, mediante un triple matrimonio arreglado para ella y sus hermanos, así conocerá a Ethan..sin embargo esa misma estrategia llevará a que se descubran secretos, se creen rivalidades, aparezcan enemigos y se lleven a cabo venganzas, pero así mismo se crearán lazos de amistad y se reforzará la unión familiar. Linda no es una damicela en peligro, mi quiere serlo, ella con su carácter e inteligencia sabrá sortear todos los obstáculos que se le atraviesan, pues no está dispuesta a darse porvencida y menos cuando se trata del amor de su vida. Recomendación: Después de leer este libro, leer Cuando la perdí, dónde se cuenta historia de Damián
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Stella Richard se casó con Rene Kingston en lugar de su hermana Sophia por algunas razones. Pero desde el principio, ella sabe que su matrimonio era solo un contrato por tiempo límite y una vez que se cumplió el tiempo, ella tenía que irse. Para RK, este matrimonio fue solo una carga, pero para ella fue un regalo de Dios. Porque RK era el hombre al que había amado toda su juventud... Entonces, mientras tanto de su matrimonio, Stella hizo todo lo posible para que este matrimonio funcionara. Pero el día que descubrió que estaba embarazada, su esposo le dio el papel de divorcio y le dijo... "No quiero a este niño. No olvides abortar". Estas palabras salen de su boca, como una bomba para Stella, y cambiaron su vida... Ella firmó su nombre en el papel de divorcio y salió de la casa... Porque ella no quiere estar con un hombre tan frío... Seis años después... RK compró la empresa en la que trabajaba Stella. Pero Stella hizo todo lo posible por no tener nada que ver con él... Porque ella tenía un hijo y no quería que él se enterara de él... Pero un día, cuando Stella recogió a su hijo de la escuela, él la vio... RK, "¿Cómo te atreves a tener un hijo con otro hombre?" Stella, "No creo que tenga nada que ver contigo". RK estaba a punto de decir más cuando su mirada se posó en el niño a su lado... Su rostro se veía igual que cuando era joven...
Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...
Rashid es un hombre adinerado que pensaba tenerlo todo y conseguir lo que fuera sin ningún problema. Hasta que un día la conoció, Victoria, una chica diferente, tan decidida y llena de peculiaridades. Él había comprado su virginidad y le había propuesto que fuera la madre de su hijo, ella había aceptado, sin saber que esa decisión cambiaría su vida para siempre. ¿Podrá Victoria seguir el contrato al pie de la letra sin enamorarse? ¿Logrará Rashid seguir a su lado sin entregar el corazón y la emoción, aunque no crea en el amor?
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!