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e dije que a ese niño que se casara con una heredera, o la hija de un empresario, pero mi Walter nunca me hace caso, y tuvo que casarse con una simple trabajadora con un buen sueldo, en fin, ¿
esta vez yo la escuchara, pese a que mucha gente conocida me advirtiese de las críticas que ella esparcía de mí por nuestro grupo de conocidos, o
Hoy por desgracia, me había levantado con fuertes cólicos, Walter no había regresado anoche, según lo que me dijo, conti
erta, seguramente Eloísa, la cocinera de los Patel, había salido a hacer la compra, así que, tras hacerme con algo de cereales y yogur, más una ta
que sabía de su descontento, después de casi dos años de matrimonio con Walter. En más de una ocasión, sin que fuera evidente, Evelyn Patel, manifestó, con gestos, el disgusto que yo le creaba, y que, si no
o también me lo pregunto, pero la razón es muy
entidad. Y quizás sea ese el problema, unido a que mi familia me enseñó a luchar por lo que deseo, ser una Miller no es cualquie
Londres, yo no provengo de una familia de clase media de Nueva York, en realidad, soy la segunda hija de una d
a desde cadena de hoteles, restaurantes, centros comerciales, y varias empresas de construcción, de l
ntadas*. Están llena de todos los ingredientes para una novela, que cualquier mujer con sangre en las venas no pod
mano Roy William, y yo, Ailan Caroline, donde más tarde, unos años después, ll
e no podía lograr encontrar una pareja que me complementara, como se complementaban mis padres. La primera es que no tenía la seguridad de que el hombre que se me acercara no lo hiciera por lo que ven
as intenciones, pocas probabilidades se acercaban por el control sobreprotector y patológico de mi hermano m
ndo era adolescente, para que fuera la única chica de mi edad, que no tuviera preten
e de fin de curso, que fue con escoltas al baile, lógicamente el pobre desgraciado que me llevo al baile, desde que entramos en la sala, huyó
da normal, oculté mi identidad que sólo sabia el gerente de la empresa. Utilizaba sólo mi segundo nombre, unido a mi apellido, un apellido muy común en Inglaterra, me presenté como a la nueva directora del departamento de arquitectura y diseño. Mi padre, ante su derrota "humillante" a manos de mi madre, me regaló un ático en un
los otros libros de la serie, mi orden de lectura que le sugerido es primero "La noche que te convertiste en la madre de mis hijos", segundo "Promesas entre hielo y fuego", la tercera sería "La am