lta el pervertido, sin notarlo las comisur
la cabeza entre divertida y avergonzada. -¿Es tu primera ves en el país? -pregunta cambiando de tema.
, ¿
inevitable no oír su perfecta pronunciación en árabe, finjo che
-Contesta. Frunzo el ceño sin entende
O
las puertas se abren en el piso al que me dirijo, salgo del ascensor y el pervertido
¿Por qué no
tes, es una gran habitación con cama king size, dotada de una esmerada exquisitez y decorada con elegantes y lujosos textiles. Sala de estar de gran dimensión con varios sofás, sillones y mesa de café; además d
la ropa, sin perder más tiempo entro a la bañera y sumerjo mi cuerpo desnudo en el agua ti
*
renda, debido al código estricto de la vestimenta en el país, por otro lado es la única ropa que traje y tengo que ir de compras. Las maletas quedaron en el auto de t
sta los tobillos, además, lo acompañan con un turbante llamado kafiyyeh que usan en la cabeza. Me siento fuera de lugar, y la incomodidad crece cuando las personas, incluyendo aquellos hombres, se fijan en mi presencia. Me miran
expulsaran del país p
res muy dramática. -Me sobresalto escucha
h.
go. -Ordena un hombre barbudo co
erte. -Lo interrumpe dándole un apretón
ómo sabes
él por el contrario posa su mano e
ble, que sale más como una mueca, no me culpen,
ente -r
a algo en el oído que no logro escuchar, lueg
i brazo, de pronto tengo la espalda-emite co
supone que de
e el
s la noche en la cárcel por tu ropa. -Explica escaneando mis piernas descubiertas ha
nto apartando la mirada de la suya. -Bueno, y ¿Por qué
nico que se me ocurrió. -Di
minado, se detiene en la puerta de la suite de su habitación. Achico
prestaré un abrigo y así no llamarás la atención de los hombres. -Vuelv
ista a la ciudad. Dubái es conocida por su increíble visión de futuro y sus innovadoras hazañas arquitectónicas, po
rado de tela brillante. -Es de mi hermana, lo olvidó la última vez que vino a
o y volteo qued
as -mu
aquero blanco. -Si quieres te indico dónde quedan la
do, te lo
rojo al ver que guiña un ojo a mi
la cabeza. Seguro le dice así a todas,