va, pero es la primera vez en mucho tiempo que presenciaré una tempestad en formación. Cuando las primeras gotas de agua comienzan a descender, abro
rme entre la niebla. Es una figura oscura que se mueve lentamente hacia mí. Parece una persona, pero algo no está bien. Es dem
scarnados, apenas cubiertos por una piel desgarrada. Sus ojos, brillando con una intensidad sobrenatural, reflejan un hambre insaciable y una mal
de la multitud de problemas que me azotan estos días. Sin embargo, cuando está a pocos
se instante, comprendo que no es un sueño, porque ningún sueño se siente tan real. Maldigo en voz baja cuando
us garras largas. Sé que tengo que hacer algo, o seré su próxima víctima. Reuniendo todo mi coraje, grito lo más fuerte que p
no po
de manera lenta. Sus fragmentos titilan y se fusionan, transformándose en una hoja reluciente. La lluvia resbala por la nueva forma, destacando la elegancia de la espada recién forjada. Su empuñadura adopta
e feroz. Sin dudarlo, asesto un golpe certero que le cercena una pata. La monstruosidad lanza un chillid
a me impulsa a ponerme en pie. No voy a morir así. Tengo una familia que me nec
a a atacar. Cuando está a punto de embestirme, la atravieso con la espada en u
hace mi lucidez. El mundo a mi alrededor comienza a girar y mis piernas flaquean, cediendo