colmaba de detalles y ante todos eran la pareja ideal. Aunque en muchas ocasiones Siena tuvo que pasar sus noches y días en esa residencia sola, sin su esposo, no dejaba de sentirse feliz. Pa
estado. Sin embargo, ella optó por guardar silencio. « ¿Desde cuándo había decidido beber tanto?» Pensaba ella mientras ayudaba a acostarlo sobre la cama. Verlo en esas condiciones solo la confundía, pues jamás, desde que estuvieron casados, él se habría atrevido a llegar en tales estados. Aquella noche, Samuel la había tomado como si fuera un trofeo. Cada vez que Siena intentaba levantarse y salir de debajo de él, era impedida por las
tillo favorito -preguntó Siena mientras desayu
a seca Samuel. Siena, al escuchar esas palabras, no
as durmiendo. A pesar de no realizar ninguna actividad inusual, se encontraba agotada. Después de haber acudido al doctor, supo las verdaderas razones que la
e color azabache. Pronto se encontró frente a una tienda de indumentaria para futuros padres. Al entrar, automáticamente llevó su mano a su vientre. Mientras paseaba y observaba cada detalle en el interior de la tienda, sentía una felicid
a. Tengo algo muy importante que hablar contigo -expresó Sien
decirte -dijo Samuel antes de colgar, deja
estaba todo listo. Cada detalle romántico estaba dispuesto sobre la mesa. Finalmente, decidió bañarse y estar lista para recibir a su adorado invitado. Mientras se peinaba frente a su tocador, Siena pudo escuchar el auto de su esposo estacionado frente a la casa y se apresuró a re
el amor que ella sentía por su esposo eran muy poderosos. Mientras Samuel se duchaba, Siena preparaba la champañera con la
a punto de compartirle una noticia muy importante. Las manos de Samuel jugueteaban con sus dedo
ecirte
n hablar al mismo tiempo; era evide
primero -dijo Siena
tos más -Siena siempre ponía a los demás por
ba una y otra vez esa palabra. La petición de Samuel tomó por sorpresa a Siena, ya que,
rmelo? -Se atrevió a preguntar, incapaz de compre
o, las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, y con dificultad tragó saliva. -Toma, solo firma. No te faltará nada. Pagaré tus gastos cada mes y también un pequeño apartamento para ti -Después de leer minuciosamente, Siena cerró precipitadamente el sobre. E
tenso, convirtiéndola en la mujer más desdichada. La noticia de felicidad que planeaba compartir con su esposo pasó a segundo plano. En ese momento, la profunda decepción l
ntido en su mente. Pasó otro mes y Siena estaba desolada. La familia de su esposo le dio la espalda sin saber que ella llevaba el fruto de su amor en su vientre. No importaba lo mucho que intentara, no la aceptarían ni la comprenderían. Samuel había cumplido su palabra: compró un p
e parte de su esposo, el señor Samuel Crawford -
esore- dijo Augusto. Mientras Siena escuchaba las palabras del abogado de su
compraría una nueva residencia y también proporcionaría una mensualidad. ¿Se
mi cliente me ha indicado -Siena estaba
vincularme lo antes posible de su clien
divorcio exigido por su ex-esposo. Actualmente, vivía en el apartamento que Samuel le había comprado. Los primeros meses del divorcio, él cumplió con la mensualidad, a pesar de su embarazo. Siena continuaba buscando un buen trabajo que le pagara lo suficiente para mantenerse con su propio ingreso. Pero, ¿quién dijo que sería tan fácil como tomarle una galleta a un niño? El poco ahorro se estaba agotando rápidamente, al igual que el tiempo que tenía para encontrar empleo. Nada de lo que ella esperaba se estaba materializando. Jamás imaginó que ser madre soltera sería tan difícil. Cada vez que se sentía decaída, ponía su mano sobre su vientre, donde aún permanecía esa pequeña esperanza, dánd
aban de ella. Aquí está el texto corregido, editado y con cambios en el estilo ortográfico en tiempo verbal pasado «El CEO Crawford de la empresa Elementary se casará con su prometida después de haberse conocido en el verano del año anterior» Anunciaba la revista. Siena, al ver esa noticia, no podía creer que la hubieran engañado todo ese tiempo. Mientras las personas pasaban a su lado, luchaba por contener las lá