es por hombres escogidos por él y tras instaurar un nuevo reinado que le serviría sin cuestionar sus órdenes-con Klonatt al frente-pero un gobierno de Duxorr detrás, el rey Tarik, abandona los territo
tos para los habita
reino que fuese o a simples hordas de salvajes muy abundantes en territorios fuera de Duxorr. Por su parte, las grandes bestias también aborrecen el recorrido, ya que con su lento andar e
evolotean buscando alimentarse de los ojos de quienes se aventuran a pernoctar allí y lo hacen por todo el campamento, creando fascinantes, enigmáticos y coloridos espectáculos, ya que no todos son de la misma especie invertebrada, más no descienden, pues las luces de las rocas y las hogueras creadas con leños, no se lo permit
os guardianes, al oír la demanda uno de los centinelas raudo desapa
recibirá aho
cima de una mesita una copa que todavía contiene del vino que estuvo tomando antes de
nde Xetrón abre sus ojos para vigilar la tierra de Nagarta,
tazo sobre el mueble
haga. Dad la alerta y que los caballeros veitanos se alisten para seguirme al encuentro del morador de las cúspides, donde las nubes
y temido caudillo. Misterioso, porque es muy poco lo que de él y sus hordas se ha llegado a conocer en realidad; sin embargo, ciertas o no, son cuantiosas las leyendas que lo rodean, convirtiéndolo en un personaje muy
z, estas continúan marchando hacia ellos y no se detienen hasta estar a unos cien codos, entonces de la caterva se adelanta una alta figura, cubierta de gruesas pieles y lleva sobre su hombro derecho
do tus dominios y ahora estás en tierras de Duxorr.
no llames guerrero o brujo al que nunca lo fue, s
que te sigue en la noche e invadiendo mis tierras. Porque
s territorios, acaso teme a una chusma y no se per
das, su poder radica en la magia oscura o blanca.
as cumbres, pues una plaga siniestra se ha apoderado del aire en las montañas grises... En tus territorios solamente estamos de paso y si nos lo permites, continuaremos camin
scar una excusa para entablarla, porque de hacerlo sin motivos que simplemente crucen por sus tierras, los caballeros veito
es un hechicero que domina el misterio de los diose
pueblo fuese dejado en paz y vivir apartado de toda civilización llena de egoísmo y maldad. Mis seguidores son humildes y laboriosos
s no encontrará a ese rival que s
omo ciertas, y no solo respetaré la vida de tu pueblo... Acabo de regresar de una extenuante campaña militar. Por lo que les in
s ojos, pero no son los suyos los que le escudriñan-son los penetrantes y oscuros del sigula que trae sobre su hombro- segundos después e
os junto a ustedes y pasaremos la noche hablando sobre temas banales, cuando los ojos
s, dentro de unas horas reclamaré vuestra compañía
los más jóvenes y fuertes que lo acompañan, quienes pasan cargado sobre sus hombros grandes baúles, y está casi convencido que lo que transportan
vitación real. Cuando entra a la tienda ya el monarca terminaba de dar órdenes a un guardia para que llevaran al campamento acogido, t
r un corto tiempo,
y hablemos de esos aires mefíticos de las montañas. El comandante Ottokan y otros oficial
dos, curtidos y sombríos-. Los emisarios que enviaba a los reinos a comercializar especias, frutos y verduras, cuand
despejarían, más no fue así, entonces enviamos tres sigulas a las lejanas tierras del oeste y ninguna regresó. Nuestros ligeros cazadores las han capturado durante años y entrenado desde pequeñas para que nos obedezcan y sirvan... Y siempre lo hicieron, trayéndonos grandes presas que viven en los infranqueables at
- le señala rebosándole la copa de la que apenas ha tomado, pero el anciano evitando
percibida para el invitado-que desde un buen rato viene sintiendo una extraña modorra como también la pequeña sigula que parece dormir en sus manos. Tras un buen rato
s llevan engarzadas rocas cristalinas y resplandecientes que llevas ocultas en unos baúles, y en otros, canastas tejidas con un líquido verde que no se derrama por los orificios...! Y por qué tu ge