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con una expresión de agotamiento extremo. Y ese fue el peor momento de toda mi vida. Peor que la traición de
o un gran nudo en la garganta que tragué con gran es
a completamente invasivo e indigno y yo nunca podría aceptar t
empezó a decir el otro hombre, tratando de s
entonces entendí la gravedad de la situación en la que me había metido. Estaba alojada en el apartamento
pregunté con furia, tratando ahora
mbre en un tono tranquilo - So
uien de tu calaña. Estaban viendo un vídeo de un momento íntimo y personal mío, que
uciano de intervenir, pareciendo increíblemente calmado ant
o - dije, ahora con las lágrimas a punto de brotar - ¡Lo vi! No fue alguien quien me lo contó.
arrepentirte de lo que estás diciendo sobre mí, después de todo, soy la única persona que conoces e
y ninguna idiota y sé muy bien que lo que
dinero del hostal de tu tía y estoy seguro
no fuera suficiente lo que me había hecho con respecto a esa vil filmación. Ahora estaba acorralada, a m
advertí con un tono cargado de asco - ¡Cualquier cosa es mejor que
la vuelta y dando los primeros pasos por el pasillo que lle
urecido - No te dejaré salir antes de que pa
me salir del apartamento y eso me aterrorizó, porque no tenía dinero alguno para pagar esos supuestos gastos y no
ente a la puerta y saliendo al pasillo, y corrí aún más rápido cuando noté que el
mujeres que estaban saliendo de una de las puertas vecinas -. Llama
scensor antes de que Luciano llegara a él, y como estábamos en el tercer piso, también llegué rápidamente a la planta baja, evitan
rdada por ninguno de los hombres con uniformes que estaban allí. Pero al llegar a la calle y darme cuenta de que uno de ellos seña
ando de mi cuerpo sedentario. Trabajaba mucho en la posada, pero no hacía ningún tipo de ejercicio y eso
ue simplemente corrí y corrí, hasta que en un acto de extrema falta de atención, después de todo, no hay señales de trá
e el rostro rojo de un señor parecido a Papá Noel -estaba usando rojo y tenía un gorro en la cabeza
Alves de
a casa tan grande y grotesca. ¿Cómo es posible que no pueda cumplir un simple deseo? ¡Esto es inadmisible! Soy un pobre anciano de sete
uestra hija Marla, lo que nos llevó a adoptar a dos niños más. Pero Jaime se convirtió en sacerdote y María, una niña hermosa, la adoptamos cuando
que solo fueron dos, Heitor y Heloísa, frutos de dos de los siete matrimonios de corta duración de nuestra hija Marla. Y
os de algunas instituciones de protección a la infancia y un hospital infantil de la ciudad, como había hecho esa mañana. Ahora estaba regresando a
ndo la calle con el semáforo en verde, ya era demasiado tarde. Frené lo más rápido que pude, per