r al abogado de mi padre, quien había reaparecido después de tanto tiempo. Su presenc
endo que la rabia me consumía-. ¿Por qué desaparecist
con cabello canoso y ojos cansados,
. Pero no fue mi intención abandonarlas. Es
estaba a mi lado, me miraba con preocupación. Sentí su
é-. Necesitábamos tu ayuda y tú desapareciste. ¿Qué
uspiró, baja
a que se presentara una situación crítica. Y ahora, con Soledad en esta condici
margura-. Después de tanto tiem
os, y antes de que pudiera continuar, Adrián se i
discusión. Vamos a resolverlo, pero primero n
ino, y sentía que estaba a punto de explotar. Adrián, notando mi inestabilidad, me suj
atez. No podemos hacer esto ahora. Soledad necesita nuest
olo avivaron mi frustración. Me solté de su
bandonaste en nuestro peor momento! -Mi voz resonó en la sala de es
e, esta vez con más fuerza. Sentí su mano firme en mi brazo, y su
nos llevará a ninguna parte. Vamos a resolver e
mas y la rabia que amenazaban con desbordarse.
evol. No fue mi intención causar más
os de las miradas curiosas. Me abrazó, sujeta firmemente pero co
ró-. Te prometo que res
blar sin gritar. Miré a Adrián, agradecida por su apoyo
mi voz quebrad
uave-. Estamos juntos en esto. Vamos a proteger a Sole
ente a cierta distancia. Asentí, indicando que e
me aunque aún temblorosa-. Pero necesita
có, su expresión g
y para ayudarla en todo lo que pueda.
o que el abogado tenía que decir, sabiendo que el futuro de Soledad y