mi maquillaje mientras el taxi avanza lo
mano, después de todo tenía muchas cosas que explicarle, pero después
ismo de un delicioso vino bajo el sol de Roma. Con ese peculiar aroma que proviene de sus calles, donde se mezcla el olor de la sabrosa comida con el olor a humedad de sus callejones y, sin embargo, aquí estoy. Intentando maquillarme mien
culpa que aún cargo sobre mis hombros. Una traición después de todo, no se puede olvidar si nunca pediste perdón. Desearía vo
supe cómo se enteró de la situación, pero estaba ahí, y al ver salir a mi madre en los brazos de otro hombre, él estalló
enza de que aquella mujer fuera mi madre. Nunca tuve el valor para decirl
rsidad que su padre había elegido para él, la misma donde todos los varones su familia asistían. Nunca tuve
sé sería el indicado para rehacer una vida, una vida que fuera mía, en Roma, pero de
de todo yo pertenecía solo por apellido a la familia Grosvernor y debía estar presente en la fiesta de compromiso de Joseph,
eraría mi presencia en aquella fiesta y tal vez no sería bienvenida por mi hermano, pero si ya habían pasado tantos años, quizás aquel rencor
mi familia es un miembro Premium, supuse que aquella fiesta seria como todas las cele
e escape, pero ahora con veintiún años me siento un poco más madura como para soportar falsas sonrisas sin disgustarme. Por supuesto que al llegar nadie m
mente la falda y lo arrugaba un poco. Quizás no era el mejor atuendo que pude haber traído a este tipo de fiesta, pero este vestido fue lo único que conserve de la anterior vida que llevaba, además era tan bonito y significativo para mí que era un desperdicio
nvertido Joseph!- Dijo un in
sa de mi padre que lo alagaban. Vestía un traje de casimir azul, camisa blanca y una corbata que combinaba con su atuendo, pero había en el algo diferente, algo que no puedo describir detalladamen
tad" le otorgo, ahora entiendo por qué tantas chicas querían ser mis amigas e insistían en que las invitara a mi casa cuando asistía al instituto
llero-. ¡Esperamos que el legado de tu familia continúe y que tus f
blar de hijos-replico mi he
izquierdo dándole una palmaditas para felicitarlo-. Todo a su debido tiempo, pero nunca debes vacilar
y menos tan cerca de mí, pero supongo que si lleg
lidad, pero no hasta que
Un camarero se me acerco ofreciendo varias bebidas de las cuales elegí un jugo de
i alrededor giraron en mi dirección. Sus ojos parecían brillar por mi presencia. Después de verlo durante unos cuantos segundos recordé que era Edmund
a conversación bajara de tono y que mi familia no d
usted se encuentre aquí-susurro un poco avergonzado de su acti
ien se alegra de mi presencia, pero aún no
xactamente quien la envió
fieres?- cuesti
a mujer acercándose, al mirar de donde
tú no hubiera venido-
eídos, llevaba un cigarro en la mano como de costumbre y vestía con un atuendo que decía mujerzuela por todos lado