eñorita Moron. Este es un asunto personal del señor Hilton. No me corresponde h
. "Lo tendré en cuenta". Sonriendo con amargura, giró para mirar hacia la ventana del auto, obviamente furiosa por la respuesta y actitud de Emmett. Incluso
apel en la mano, que contenían toda la información que pudo reunir sobre Debbie:
la universidad y los pasatiempos. Colocándolos sobre el escritorio de
u jefe los lanzó de repente al aire. Carlos lo miró con frustración mientras su voz resonaba en
ó la oportunidad para respirar profundamente. Una vez que lo hizo, respondió: "Señor Hilton, esta chica es un enigma. Esta es toda la información que
enó Carlos y luego l
eles que Carlos había tirado de su escritorio, Emmett
inscripción. En esa imagen que vio, Debbie estaba completamente sin maquillaje. Lo que llamó su atención, una vez más, fue el par d
ía besado. Al instante, se sintió ofendido otra vez. Frotándose las cejas, tomó un arch
rmaneció fuera de su vista, con este gesto, sintió que h
ó de nuevo. Se incorporó en su asiento y reflexionó profundamente: 'Su apellido... Nelson... Solo unas
no era otra cosa que el teléfono de su escrito
ata. Caminando por el sendero de hojas rojas, Debbie se sentía desanimada y no estaba de humor para apreciar la belleza de la tem
hablar con él sobre su divorcio. Ni una palabra había salido de la boca del hombre. Durante la noche anterior
de ese mensaje de texto que
voy a r
o que se había graduado con éxito en el extranjero y qu
ue lo olvidara. Si no fuera por sus palabras tan crueles, no se habría enfadado tanto que terminó accedie
a razón: '¿Por qué me había contado sobre su regreso en primer lugar?', pensó. Esta información no le servía de nada, ya que ni siquiera q
n curiosidad, ya que de repente habí
e hizo decir que soy molesta?". Entonces se oyó un grito
tazo más de cerca a la chica y, en el momento en
nipuladora de nuevo?', maldijo Debbie por
que pensaba que le quedaba "mejor". Sin tener la menor idea de cómo Olivia había caído realmente, la miró con desprecio absoluto. Con un vestido largo y blanco y
algastar su saliva con esta. Más bien, ni siquiera quería respirar el mismo aire que esa chica. '¿Qué diablos?', Debbie
chos, quienes rodearon la escena para ver qué estaba pasando, y e
lencio. Nadie en toda la Facultad de Economía y Administración era tan
¡Incluso me dijiste que me largue! ¡Cómo puedes ser tan abusadora!". Un chico, que vio la escena por casualidad, comprendió de inmediato lo que esta
deció al chico, cuyo rostro se puso tan ro
el cerebro!". Debbie había intentado alejarse de la situación, no estaba de humor para peleas, pero
?". Con los ojos que se le oscurecían, ella continuó: "Si pierdo, me aseguraré de no volver a cruzarme contigo nunca más. ¿Qué te parece eso?"
eso no fue lo que
eña de la escuela. Más bien, realmente no me importa un comino. ¿Qué estás diciendo, que ni siquiera irías a casa si no te dejo? Oh,
ece eso, Deb
tiempo para esto! ¡Muévete y vete aho
comenzó de nuevo: "Sé que me odias y sabes por dentro que te odio aún más. Entonces, ¿por qué no apostamos a correr una maratón? Si ganas, te
funcionaron a la perfección con De
sí misma. 'Ah, tal vez no sea tan malo después de todo, por fin no tendré que verla a Oliva nunca más... Además, es una buena f
dallista de plata también participaría en esa carrera. ¿Cóm
bie preguntó: "¿Qué p
livia dio otro paso hac
Murphy, Debbie se arrojó sobre la cama y hundió la cara en una almohada. '¡Ugh! ¡Cómo pude dejar que mi ira se apo
! Y, si ella había ideado un plan, ¡obviamente está preparada! ¡Argh!'. Girando bruscamente sobre su cama con frustración, Debbie se detuvo y
necesitaba mantener la c
no lograba ocupar el primer lugar en la carrera, tendría que perseguir a Gustav
s era gay. La forma en que se comportaba, ¿cómo podría alguien haberlos pasad
rar a una de las personas más autoritarias de