univer
tes. Grace, en su pupitre, luchaba contra el cansancio que la envolvía como una manta pesada.
edio metro de distancia, alejado de la curiosidad de los demás alumnos, Grace par
ébilmente. El maestro frunció el ceño, sus ojos, exam
fectando. Tu rendimiento es excepcional, pero hoy... hoy no pareces tú misma.
ibrar el trabajo, la maestría y las responsabilidades familiares. -El maestro asintió com
siempre estoy aquí para apoyarte, tanto académica como personalmente. Er
maestro seguía observándola, consciente de que algo más allá de las asignaturas afectaba a su talentosa estudiante. El maestro, en su deseo de comprender y
rsitario con tonos cálidos. Aunque sus compañeros se acercaron con entusias
lanes posteriores. A pesar de insistencias, Grace declinó cortésmente, buscando un breve momento de soledad. Mien
reve respiro en el trayecto. El escenario reflejaba la fatiga que la envolvía,
había desaparecido. La confusión se mezcló con la preocupación al darse cuenta de que no solo le habían
a realidad del robo se volvió ineludible. La sensación de colapso se apoderó de ella, como si estuviera al borde de un ab
que el peso emocional que llevaba era mucho más abrumador. Respiró profundamente, intentando recuperar la compostura, pero la sen
medida que los pasajeros parecían desaparecer de los asientos circundantes. El sile
asiento a su lado quedaba vacío, al igual que el resto del vagón. Ignorando a l
lda de Grace mientras el aroma de su colonia se impregnaba en el aire. La figura se desplazó sin decir palabra y se acomodó en el asiento. El silencio entre ellos se volvió palpable, y la tensión en el aire se cor
e fijamente. -Verás, quiero ver la garantía que dejó tu padre para saldar una deuda. Ahora, que te veo mejor, creo que podríamos hacer un cambio en el acuerdo con él. Pero necesito tu cooperación. -Grace, confundida y asustada, no
rantía? ¿Qué acuerdo? ¿Qué deuda de mi padr
rsonal. Tú y yo. Tengo algo entre manos, Grace. Algo que podría cambiarlo todo. Y, qué mejor que
dida, se pu
os hombres a los lados del pasillo le bloquearon el camino. El hombre le mencionó un documento confidencial con la firma de su padre. Sorprendida y asustada, Grace pensó: ¿Qué es lo que has
go que decirte, ya que sé que te interesará -indicó el hombre, mirándola descaradamente. -Mejoraré tu vida, Grace, y no te