RA
Son las 17:30 P.M, aún falta como una hora para mi curso, me levanto y
ue hace un poco de frío, y aunque la caminata será larga, igual se sent
a que era tarde a lo que respondemos ¡Sí, señor! Terminado el curso voy de regre
utar mi cena, luego voy a cama
semanas después.
i trabajo. No voy caminando ya que no lle
o el tiempo. Es como si necesitara dormir cada vez más, pienso
siento mareada, veo que la cocina da vueltas, es una sensación muy desagradable, por ciert
en? -pregunta un
da, él me acerca un
Llevo una bandeja y entrego en la mesa uno, mi recorrido está bajo la
detrás de la barra
sible me digo a mí misma. Pienso y pienso, hasta que s
e unas horas voy llegando a mi departamento y lo primero que hago es hacerme la dichosa prueba espero unos segu
sit
padre. Pero, ¿en qué estaba pensando para hacer semejante estupidez?, me pregunto y luego me pongo a llorar y recu
una esquela y una tarjeta con un
a vernos algún día, si quisieras volver a repetirlo llámame al número que te
mandar un mensaje al nú
poyo. ¡C*r*j*! Pero ¿qué estoy haciendo?... «Reacciona Rubí». Me d
ués de mucho pensarlo, decido mandar un m
si acaso estás ocupado ¿Podríamos encont
nsaje, pero
eni
digo que saldré adelante sol
acerca mientras que estoy anota
onmigo? -Me pregunta. No me par
respondo mientras le
¿te parece? -
Cla
erf
ando tocan el timbre de la puerta. Abro casi de inmediato, veo a un Anthony muy arreglado, llevaba unos jean
tras que tomo mi abrigo del perche
e mientras que nos d
isas llegamos a la plaza central. Est
, pero luego parece estar pensando, como si dudara en decirme a
pero me da un beso, lo cual me quedo por segunda vez paralizada, no puedo pensar, o formular siquiera una p
tengo algo que
aría salir con él. Pero como sé que los hombres huyen de una responsab
le explico, él se pone nervioso. Quizás no se esperó esto, ya que nunca he tenido novio no
ue es mejor que
lta para marc
olo dame una oportunidad y
to de seguir sus besos, entre delicados y apasionados. Yo e
tunidad a Anthony sin conocernos bien, o quizás,
o bailar, seguido de este apresurado beso, me separo un poco y trato de asimila
cual el me abraza y nuevamente me besa para luego verlo alejarse. Después
or la estupidez de acostarme con alguien a quien no recuerdo bien, excepto esos ojos que a veces sueño. Ni siquiera entablamos un
a, como se llama e
ía mi compañero de vida. Es amable, atento y, sobre todo, cariñoso. Y a