, además es muy guapa, hermosa, al público les va a encantar, es bastante gr
la aplauda y que sus discos se vendan como pan caliente-
o, tiene muchísimas condiciones, lo bueno que tiene sus propias canciones, es completa
es que tengo un fino olfato para las est
ambién, ja ja ja-, qui
puso serio el sujet
por qué ponerte en guardia-, sup
te la hago estallar como una calabaza, jamás olvides eso-, dijo el tipo y colgó. Müller emp
r-, sonrió ell
t para la dirección, tiene que ser un trabajo perfecto, esa chica tiene que
ficina de su jefe, estiró una larga sonrisa. Sabía
*
Nos cimbreábamos en la tarima con encanto y sensualidad, usábamos los vestiditos muy ceñidos, cortos y de mucho escote y los aficionados deliraban con nuestros esculturales cuerpos, siempre ataviadas con b
. Yo soy Pamela por mi madre y Meliha por mi abuela materna. Cua
pos y los pentagramas. Le cantaba al amor y al romance. Yo me había enamorado muchas veces cuando joven y resumía mis experiencias con mis novios y enamora
la platea que terminó vivando mi nombre ¡Meliha! ¡Meliha! ¡Meliha! y eso, creo, que no le gustaba mucho a mis amig
que parecían zancos. -Yo me voy sola, chicas-, les dije a mis compañeras porque quería quedarme un rato para recuperar el aliento. Sudaba, tenía mi corazón acelerado y estaba dema
s y cuando me disponía a sacarme el
me enfurecí, tapándome de
stado el porte tan elegante y pulcro, majestuoso y señorial, igual a un dios helénico, con su barba deliciosamente marcada en su rostro adusto y varonil de aquel hombre insolente que invadió nuestro camerin
iada en las nubes, entre fulgores de estrellas y campanas al vuelo repicando
encontrar cuando iba a mis clases de música, en el conservatorio. Él me esperaba en la esquina en donde está la facultad. Al principio pensé que era otro tipo esperando
rón me pareció un viento cálido y t
rio-, no sé lo que dije porque estaba embobada, bo
iha-, insistió el sujeto
cascadas excitada por los bíceps de él, tan insinuantes, enormes, viriles, volviéndome l
orque le tuviera miedo, sino que es