taba bien. "¿Ha pasado algo nuevo? ¿Alguien nuevo en tu vida? ¿Qué ha pasado con Adrián?" preguntaba con curiosidad Elena
o si fuera basura -dije, frustrada, cuando me llaman-: Dra. Laura, la necesitamos en el quirófano 2. Hay un paciente que necesita una laparotomía de emergencia, y el Dr. Esteban necesita que usted
te la licenciada Luz, sacándome de mi
a voy -le respondo, y e
acariciándome el hombro leveme
e resp
¿Estás segura de que podrás asi
emás, ya ha pasado bastan
arde, Elena. Me
gotadora guardia de 24 horas y, encima de todo, debo asist
ogramos controlar la hemorragia que sufría el paciente debido a un traumatismo abdominal por un accidente automovilístico. Termino exhausta, pero no puedo negar que amo mi tra
endo sobrellevar con muchas tazas de café. Al volver de mi compra habitual
salvado a mi hijo -decía una mujer
ugía. Ella es una de las mejores cirujanas de trauma... Gracias, Dra., por todo. Para eso estamos, señora. Cual
más rápido posible antes de entabl
bastante que no nos vemos -me dice Esteban con una sonri
respondo lo más s
ene que mencionar algo sobre el paciente, debería hacerlo
o de entrar en razón, me doy cuenta de que fui
una niña pequeña jugando a ver quién llega primero, se detiene bruscamente junto a mí, apoyando
se dijeron? ¿Reavivar
ugía fue un éxito -respondo, sabiendo
e ti, querida. Todos tus procedimientos son un éxito. A lo que me refiero es que quiero todos
go y ahí te lo platico a detalle, como a ti te gusta -digo, mientras pongo los ojos en blanco y la agarr
de cerca con los familiares de los pacientes. Tú bien sabes que eso es lo que más me gustaba de él, la cercanía que tenía con la gente, aunque luego recordé
éramos muy felices, o al menos eso creía yo. Recuerdo el día en que nos conocimos: fue a través de amigos en común. Su mejor amigo era el novio de una de mis amigas más íntimas en ese entonces.
o era fan de ellos; mi cabello era muy rizado y me llegaba hasta la cadera. Siempre me gustó usarlo al natural y así lo usé esa noche. Llegué a la casa de Jessica, que por cierto estaba hermo
a que todos se habían ido, alrededor de una botella de fernet vacía. Ella dijo que, como hoy era su cumpleaños, sería su juego con sus reglas. Todos empezamos a reír. Esto solo se le puede ocurrir a Jessica, murm
-dije mientras ella repet
, negándome a su beso. Todos se sorprendieron. No iba a permitir que un tipo presumido me robara un beso así, sin más. Pero tampoco quería quedarme con las ganas de besarle, así que fui yo quien lo agarró de la camisa y le di un beso. La sorpresa
ndo los dedos para sacarme del trance en el que
cabeza y l
í, te
me pre
a diciendo hac
qué respon
nada porque estaba sumer
tono de c