eron, un aroma suave y cáli
? -me cuestio
aba con ternura, sus cristalinos ojos contenían con tristeza lágrimas- estas a salvo -murmuro acerca
rganta quemaba exigiendo líqu
cabo -r
o ac
nificaba
lcoba, las frías palabras de mi padre, aquel hombre,
esado y yo no
ve brisa que rozo mi piel desnuda, siendo ayudada por Guadalupe logre sentar
ándome una magnifica vista del exterior. Mis lágrimas se fueron acumul
luz ilumine tu alcoba Sol -pose segundos después mis ojos en e
-cuestion
suspiro y entre sus
padre, -Guadalupe agacho la cabeza sin dejar de sostener mis manos- pe
calmar su llanto, ella negó mientras alzaba
pie soltand
una sonrisa para lueg
sus talones moviendo con elegancia su vest
bien? -Guadalupe giro su cuerpo para o
estaba preocupada y atemorizad
e sonrió y conti
candescente sol se adentraba iluminando cada rincón. Pude escuchar el cántico de las aves
es, mi vestido blanco cayo delicadamente cubrié
pero había algo dentro de mí que no
aquella bella vista q
aba en lo alto de los cielos, las blanquecinas nubes se movía
tinas blancas. Podría plasmar aquel paisaje entre c
ando una voz conocida y ronca res
ntraba aquel misterioso hombre el cual beso mis
da en sus labios, agache
ias -pronuncie
s Sol -contes
rco mi mente, decidida
llama uste
Muftí -
imidante mirada que poseía Caleb Muftí, futuro rey de los lobos. Era respetado en cada reino
oso soñado para alguna
lo y comodidades, pero ¿Acaso las riqu
a ser algo secundario, pero si vivías entr
tione: ¿Mi padre
ido de mi hermana Jazmín?
da con Alec, general del reino felino -asentí ant
idamente
able sin alzar mi cabeza-
to de su garganta. Era bel
a cabeza, ere
s míos conectaron rápidamente. Mi corazón palpito con fuerza y me a
s manos sintiendo un nud
s cuantos pasos, deje de observarlo y pose mis ojos en el suelo. Preferí
io era mi
ndo descifrar mi silencio o tal v
ra ine
él se burlaba de mí y yo s
llo en mi mente?, ¿por qué
estruirían mi corazón. Temía a la luz, pero anhelaba mi libertad. Tantas vec
on contestadas así qu
or primera vez en mi vida sentí paz -no pude retroceder cuando sus dedos fríos acarici
aquella be
de acariciar mi mejilla para dirigirse a mis manos
es, algo se removió en mi corazón y no pude frenar que mis lágri
tus misteriosos ojos, pero si es
con temor como si fueran
curva de la cicatriz que se marcaba so
mi esposa, se mi reina, se mi calma y mi
imposible no observar sus ojos,
esto qu
rme c
caso me
una familia, solo pensaba en mi libertad y a
era e
nsación que sentí cua
sdicha
debo