dedor con dudas. Desde lo alto de su habitación, Max la observaba por la ventana y, motivado por un impulso irrefrenable, se dirigió rápidamente hacia donde ella
que emanaba. Allí estaba, frente a él, la dulce y joven madre de su hijo, un ser que representaba tanto amor y esperanza en su vida. En ese instante, el mundo a s
el silencio y le
e vayas y te ale
cerca. Abigail lo miró, sorprendida por la intensidad de sus palabras, y en sus ojos se p
que siento que necesito descubrir quié
eño y su voz tem
significa alejarte de mí? No pue
rás, sintiendo el p
o recuperar mi vida y alejarme de tanto drama a tu lad
rada, con el c
a más fácil. Solo quiero que sepas
ente, sintiendo la ca
tá
dio un paso hacia ella con l
pensé que llegaría a suplicar por algo así
súplica de Max, sintió cómo
ra el perdón. Solo necesito este tiempo para entender
do contra la tormenta de
ara siempre? No soy un hombre que se rind
hacia él, con la v
s algo que debo hacer no solo por mí, sino por el bebé que
La debilidad que nunca había most
ilidad. Pero tú... tú me haces sentir cosas que nunca creí q
buscando la conexión que
us palabras y también tu mirada.
nte, aunque su cora
in importar lo que pase, siempre habrá un lugar para mí en
steza, sintiendo la pr
uestro hijo, trataremos de llevar la fiesta en
la, la abrazó y le susurró
dejarte ir, pero tengo tanto peso en los
asta el punto de que olvida su osc
a desesperación que percibe en su voz la conmueven profundamente. Aunque ella mis
te hace sentir así. Pero no puedo simplemente dejarte ir. No puedo dejarte ir a un lug
ta de él y lo m
ilmente con incomodidad. -Yo soy la única que tiene velar por su integridad
pero no puede evitar senti
uedo evitar preocuparme por t
pies y evita encontr
n voz baja. -Pero tampoco puedo vivir mi vida con
rse cuenta de que Abigail fue vendida a él por su padre para saldar sus deudas, un sentimiento de cul
n la mejilla una promesa de amor y juramento, donde el dolor queda susp
u habitación como si sostuviera una pluma. Ella se sorp
sus piernas y apoyando su cabeza en su pecho. El latido de su corazón le dice que est
*
posita suavemente en la cama y se si
o -le dice, acariciando su mejilla con te
ja y sus ojos br
mano suavemente. -Lo único que ocupa mi mente, es est
ntos, se sumergen en un abrazo
hora más serenos -susurra Abigail,
stro con ternura. -Pero lo que siento por ti
e su situación: él, que la forzó a tener un encuentro íntimo sin delicadeza, ahora se presenta como un romántico. Es un juego peligros
ra los demás. Sin embargo, Abigail siente que hay algo más oscuro detrás de su fachada. Ignora que, bajo esa aparienci
ro, la desconfianza que crece al descubrir las sombras que lo rodean. Su sonrisa se convierte en una máscara, un intento de ocultar su co