jera a mí mismo que debía apartarla, mi cuerpo no respondía a mis mandatos. Sentía que mis brazos, mis piernas y en sí todo mi cuerpo estuviera suj
ue se trate de trucos baratos sacados de la manga. Aq
hubiera congelado y todo pasara a mi alrededor en cámara lenta. Sentí sus fríos colmillos en mi piel, rozando y pinchando breve la altura de mi clav
o - gruñó, lentamente cerra
existes, sá
se iban de mi cuerpo a medida que ella se aferraba con mayor ímpetu y ansía de mí. Escuchaba sus gruñidos y jadeos satisfactorios
ero me empecé a sentir más agotado y sin fuerzas, como si estuviera luchando para soltarme a pesar de estar tan quieto co
perdido la fuerza y ni siquiera me di cuenta del momento en que ella me sostenía de la cabeza para no dejarme caer. Estaba adhiri
abaran de soltar un saco de papas desde un quinto piso. Mi cabeza rebotó con poder contra el suelo, aflojándome un gemido doloroso. Mi cuerpo seguía a
centré en las dos figuras borrosas que forcejaban a pocos pasos de d
mi se
r más que luchara con todas mis fuerzas para no
*
había muy poca luz iluminando los pocos espacios a los que mis ojos tenían alcance. Moví la cabeza a un lado y vi a una mujer preciosa de ojos extremadamente verdes. La poca luz que golpeaba su rostro y parte de su cabell
u mirada y escuchando a lo lejos un fu
oy una
descubrir si estaba bromeando
feas, en cambi
belleza, levantó mi cabeza y me dio a beber a
de sangre, pero no te preocupes,
rigía a la entrevista, pero de ahí en adelante, mis recuerdos son muy confusos. A no ser que todo eso que viví se haya tratado de un sueño y me
o temblar, era idéntica a la de
ita descansar y recuperar
soñado. Esperen un momento, entonces, ¿lo de anoche no fue un sueño? ¿No soñé con que una mujer creyéndo
oso mientras a ella le dices hada, me aseguraré de
Un monstruo m