ita
a pequeña d
a menor. Sin embargo para ella yo era un amor imposible, un chico grande que no se fijaba en ella porque era solo una niña. Con el pasar del ti
desarrollado para una chica de su edad, cinturita de avispa, una pancita plana que su ropa siempre dejaba al aire, cola bien redonda y piernas bien largas que la ay
ue él llegara de la suya tardaba más o menos una hora más en llegar para cenar juntos y ver un poco de televisión o jugar a algún juego. Como yo era como de la familia, los padres de Fede tomaban mi llegada como la hora de irse a la cama y me dejaban encargado de la casa, y
do. Pero sin dudas lo que más la excitaba era mantener esa imagen de niñita buena e inocente frente a su familia y portarse como una mujer cuando no la estaban miran
e llegó
ejara a su antojo, así que en mi mochila tenía una sorpresa para ella. Cuando sus padres me saludaron y se retirar
de sus padres. Sorprendida abrió la boca como para decir algo. La interrumpí-. ¡
una mezcla de sorpresa y satisfacción, con
er transeúnte que mirara hacía la casa por cualquiera de los tres amplios ventanales. Sin embargo la excitación pudo más y lo hizo dejando al descubierto su hermoso cuerpo, sus pezones
una mueca de incredulidad y sorpresa supe que por primera vez la había
muñecas en tu espalda -le di
papás... -com
errumpí n
Si desobedeces una sola de
trozo de cuerda las até juntas. Acerqué una de las pesadas sillas de estilo y la pus
ias vueltas de soga, todo a lo largo de ambas. Ella por supuesto no ente
arse se iría al pi
riciarla, su coñito y su culo apuntaban hacia abajo, cada vez entendía menos. Por último, aprovechándome de su total inmovilidad le introduje sus bragas en la boca sin ninguna resistencia y las aseguré con un
tico que había
palda se arqueara contra la silla haciéndolo resaltar aún más. Sus pechos estaban bien oprimidos contra el respaldo soportando gran part
se todo lo que podía y emitiendo gemiditos. Cuando llegué a su sexo noté que estaba empapado como nunca antes, sus jugos ya corrían por sus piernas, yo tenía que probar eso. Me senté en otra silla frente a ese tent
talones, y levantando la pesada silla por el respaldo ubiqué su cara a la altura de mi hinchada polla, Daniela entendió de inmediato y levantó su cabeza
ela estaba fuera de sí. Al poco tiempo ya no aguanté más y retirándome de su boca me corrí en su cara inundándola completamente, ella me acompañó con otro violento orgasmo haciendo lo imposible por no gritar de placer. En ese momento volví a la realidad y agucé el oído para detectar cualquier ruido, por ahora estábamos a salvo. La obligué a limpiar cuidadosamente mi polla con su lengua, l
n rato sentí que estaba por correrse y yo me retiré y coloqué mi hinchado glande en la puertita de su culito. Ella trataba por todos los medios de indi
dentro y su cara no denotaba dolor, sino lujuria, así que seguí penetrándola lentamente. En un momento Daniela me sorprendió
jercita? -le pregunté, y com
portar y nos corrimos con un último y violento empujón. Pude sentir cómo llenaba sus entrañas de semen mientras chorros de sus jugos me
uerdas y acomodé las sillas en su lugar, la puerta del living se abrió justo cuando yo aterrizaba sobre el sillón. Fede entró apurado y me pidió disculpas por haber llegado media hora tarde, un profesor lo había retenido. Me preguntó si me había aburrido y le dije que no, que Daniela me había atendido muy bien. En ese momento llegó ella en su
a serie de encuentros con Danie