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Historia

Capítulo 5 Sueños de la noche 5

Palabras:3059    |    Actualizado en: 09/10/2024

ita

de cump

io de Marta, y que aprovechando que era viernes habíamos decidido pasar la velada lo mejor posible celebrando la efeméride con una delici

e forma especial su atractiva figura, la verdad es que quede boquiabierto al verle con la minifalda negra que nunca usaba, con las finas medias, y una sugerente blusa blanca que desabotonada en la parte superio

ra todavía temprano, le propuse ir a la tasca de abajo, a tomar u

sa y si te miran no es porq

tros y le invite a una copa. Era evidente, mientras hablábamos. Que su mirada por más que intentara evitarlo, se posaba una y otra vez sobre el provocativo escote que lucia Marta. En

eo que ya te lo he dicho más

en Marta, había hecho que lo incorporáramos en mas de una ocasión a nuestras fantasías, esas que sueñas pero nunca te atreves a realizar. En ese momento descubrí en los ojos de Marta un ciert

gozada de cena, yo ya no sabía si seguir chupándome los dedos, degustar más almejas del guiso o dejarlo todo de lado y devorar apasionadamente a la maravillosa Marta; pero tiempo al tiempo pensé. Tras la suculenta cena, mientras ella preparaba el café, puse sobre la mesa un paquete con el regalo. Cuando llego con la cafetera humeante, con mi mano tendida le ofrecí el paquete, y nerviosa y

cioso! -

momentos tan efímeros y al mismo tiempo tan bellos que en nu

ión nuestras bocas se encontraron de forma apasionada, al tiempo que nuestras lenguas se enzarzaban en una cálida y desenfrenada batalla. El fragor amoroso me llevo a recorrer con mis manos todo su cuerpo, y mientras mi mano izquierda se

ias de mi lengua en su sensible pezón, respondió rápidamente, masajeandome sobre la bragueta, como queriendo calibrar el tamaño de mi miembro, que sin duda alguna ya estaba a la altura de las circunstancias, Por mi parte no solo me dedicaba a comerme sus tetas, sino que con la otra mano, había conseguido arremangar y elevar su corta falda, hasta quedar este plegada en su cintura, dejando al descubierto sus muslos cubiertos por sus finas medias sujetas al liguero y sus bragas negras que dejaban adivin

uerzo me sobrepuse, separándome de ella, me levanté y encendí un cigarro. Marta se me quedo m

película porno cuando estas caliente, ¿verdad?. Pues

mi vida -contestó,

a hice incorporarse y sent

ba con la blusa abierta y la falda arremangada en su cintura, de modo que mostraba sus pechos cubiertos por el sostén, y su

ara señal de sentirse

Me miraba con ojos interrogantes, cuando de pronto apareció en el salón una escultural y jovencita muchacha. Esta se dirigió hacía Marta y le dio un beso en la mejilla, como beso Judas a Jesuc

reer, pronto salió de dudas, pues Montse, que así se llamaba la joven, no se lo pensó mucho y en un instante me acariciaba la polla por encima del pantalón, al tiempo que metía su lengua en mi boca en un apasionado y húmedo beso. Yo por mi parte pose mis dos manos en sus duros senos, acariciándolos y estrujándolos con fuerza, y pellizcando con los dedos pulgar e índice sus pezones, sobre la tela de su body. Con una ligera presión eleve su body, dejando ante mi cara sus desnudas y excitantes tetas, pues no llevaba sujetador deba

algas, al tiempo que mis dedos hurgaban entre la costura de sus cortos pantalones con irrefrenable deseo de llegar a su sexo y sentir su estado de calentura. En ese momento levante la mirada hacía Marta y comprobé que no se perdí

su cintura este fuera descendiendo, quedando atascado en sus rodillas, y dejando al descubierto un delicioso culo, y al estar de rodillas mostraba toda su rajita a mi atónita compañera, mientras yo acariciaba sus labios vag

plando sus labios abiertos y al tenerlo afeitado, pues solo tenía una pequeña mata de pelo sobre él, en su pubis, la visión era extraordinaria; así que sin más contemplaciones incruste mi cara entre sus muslos, y co

a cabeza y vi a un joven apuesto vestido con un pantalón ligero y

-nos s

se paró ante ella y le quito la mordaza, al tiempo que paseaba los dedos entre sus labios que ansiosos se los tragaron y ensalivaron. Sacando su mano, le acarició la mejilla y le dio un cálido beso en la boca. Cal

contemplábamos como el joven recorría con su mano el lubricado y henchido chocho de mi mujer, mientras rozaba su miembro aun oculto en

n alguien iba a dedicarle sus caricias, su cuerpo; alguien que la desatara y

ndose a nosotros se bajo de golpe los pantalones, ofreciendo su descomunal polla a la entreabierta boca de Montse, que

stoy muy caliente!¡Folladme a mí, tocadme, comedme, os necesi

ser inaguantable, y de pro

-lo que delataba que se est

dose golosamente el sabroso pirulí del joven, me dedique a comerle y ensalivarle su apretado agujero hasta l

chacha, y parecía volver a excitarse, después del intenso orgasmo que había tenido. Alfredo, nuestro joven partenaire, después de haber disfrutado con todo detalle del acoplamiento, decidió pasar a la acción, y su idea no fue otra que la de, acercándose ante la sodomita unión, lamer y lubricar la enculada, de modo que igual chupaba el coño de Marta, como su culo y por supuesto mi polla mientras entraba y salía, suavizando de tal modo la

s... -mascullaba Marta, como si fuera el

nsidad del placer hasta el momento en que me corrí tan explosivamente que quede casi inconsciente, sintiendo durante un instante más los embates de la verga de Alfredo que incansable seguía haci

ién con dos pollas en s

gran sonrisa y satisfacción. El relax y calma de nuestros rostros, contrastaba con la tensión y fervien

ntaba algo enfadada-. Yo necesito más

estros labios besaban nuestras mejillas. Los dos tal como salían, se acercaron a Marta y elevando los hombros, clara señal de no en

ta l

u disfrutas de lo lindo. ¡No es justo! -me reprochó Marta, pero

ves alguna película porno, te hemos ofrecido esta en directo. La has podido ver, oír, oler, pero como espectadora, no has podido saborear ni

inua

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