taba apoderando de ella. Al cruzarse con los transeúntes que encontraba a su paso, se dio cuenta de que la miraban con lástima al percatar
n vida. ¿Quién era sin su padre, sin su amado prometido Austin? No era nadie. Toda su existencia dependía de l
idas estaban repletas de autos y en las banquetas los neoyorquinos corrían de un lado a otro para llegar a casa o para mete
mensaje de texto para ver si se encontraba bien; eso demostraba que ella ya no existía para él. Por el otro, no se sorpren
ña sonrisa, pero se desvaneció rápidamente cuando recordó que ella estaba fuera de la ciudad. Ademá
a un restaurante, escuchó que su estómago le rogaba por un poco de comida. No había comido nada en todo
a ir a menudo allí en compañía de sus padres. Obviamente, eso fue antes de la muerte de su madre, ya q
abía cambiado mucho, por lo que le trajo unos dulces recuerdos acerca de su madre. Una sonrisa se asomó por sus labios cuando notó que el restaurante era part
r una en la que se sintiera cómoda. De repente, sus ojos vagaron al otro extremo del lugar y, al mirar la barra, un grito ahogado trató
a. Sin embargo, todo fue en vano, pues Megan ya la había visto. La expresión inicial de sorpresa de la chica, pronto se convirtió en una mueca maliciosa. Seguramente pensaba que
Scarlett, balanceando sus caderas de izquierda a derecha, mient
nzó una pequeña risita. "¡P
ás haciendo aquí?!
a. Llegué antes que tú y si no te conocie
las observaba con curiosidad. Se sentía tan agotada emocionalmente que no pensó que val
necesitábamos relajarnos y dejar de pensar en todo lo que pasó. Creo que papá se enojará mucho cuando descubra que nos seguiste hasta aquí para segu
azón, no pudo evitarlo. La golpearon bastante fuerte, en lo que más le dolía. Por un lado, su padre estaba llevando a su otra fam
ió ella con tono suave, estaba demasiado
mejor. Adivina qué... ¡Mañana nos mudaremos con p
en la boca del estómago. Megan vio el brillo en sus ojos
? Tomé a tu padre, tu casa y tu hombre en el
de ahí. Ya no estaba dispuesta a pelear. Alguien tan desvergonzado no merecía ni la mitad de su tiempo, así que se dirigió hacia la puerta del restaurante
estaba permitiendo. ¿Podía ser más idiota? ¡Pero estaba tan dolida! Austin ya no respondía sus llamadas y ella no sabía por qué. ¿Qué le había dicho Megan para d
o, mientras todas las miradas se c
ambién le conté que tuviste muchos abortos y... ¡Vaya! ¡Estaba tan enojado! De verdad que yo nunca lo
y miró el despreciable rostro de Me
n hacer nada? ¡Jamás! Solo te estoy dando lo que te mereces. Ahora, incluso tu hombre es mío. Pero no creas que voy a detenerme allí. Te quitaré todo, in
s y le dio un cabezazo. Toda la gente que estaba en el restaurante se quedó sin aliento. La chica gritó de dolor y la otra volvió a atacar tratando d
cede contigo?!
Scarlett en voz baja.
dor de su cuello para exprimirle hasta su último aliento de v
arle
legado para verla en su peor momento. Su corazón dio u
ndo?", preguntó é
do pensar en una buena respuesta.