scúl
ba puestos sus anteojos en ese momento. Pero si pudo percibir que los ojos del hombre se
o, cuándo y cómo resultó herido, y qué tipo de compensación desea.
del hombre se mov
emplea
lo preguntó una vez en tono bajo, pero al escucharla le hizo sentir una tremenda presión
. Está obstruyendo s
ser
su estremecimiento, sin embargo sabía que no había hecho nada malo. A propósito, examinó
e bien. ¿Dime, qué
ernativamente entre Darling y el hombre. Parecía tener miedo de que este incidente lo afec
disc
eñor, no
la empleada, que lucía
bien. No te
nte, no e
o sus ojos en el hombre que estaba frente a él. Se veía molesto, pero él no se avergonzaba en lo absoluto, seguía mostrando una apariencia d
a contar lo que e
afuera y cerró la boca. El autobús acababa de llegar af
¡el au
ó el piso detrás de él, pero ni siquiera lo notó. Tenía que esperar unas horas si lo per
és de su partida. -El espejo de mano... que era de mi mamá. No podía volver, así que tendría que vol
e Darling se fuera. El hombre al frente miró fijamente a la puerta por donde se había ido Da
o se encogió. No es por lo que el hombre les hizo h
gerente, vuelva a capacitars
ector Ej
caminó por el vestíbulo, quitándose la chaqueta que había visto Darling. La hizo a un lado con disgus
aros zapatos que avanzaban suavemente sobre el vestíbulo, se detuvieron de repente. El hombre miró hacia
é es es
r se reflejó en su rostro. Aunque respiró
do Darling. Y en eso vio el viejo esp
*
los rumores de su renuncia esta mañana y también negó cualqu
su corbata. Ya estaba enojado, la alfombra estaba hecha un desastre otra vez.. Cuando
ecutivo, ust
o de aquí a
e parecía perfecta. Los utensilios de escritura y los documentos sobre el escritorio estaban ordenados, las cort
qué le pasa
stás ha
do un sudor frío fluyendo por su espalda. De alguna manera tenía que encontrar un lugar sucio. Afortunadamente, pudo ver un pequeño mechó
ver muy bien ú
a punto de darse la vuelta, se detuvo en seco cuando vio a Keith Dominic sosteni
é es
ue no sabía la razón. Al ver ese impulso sangriento de parte de su jefe, el secretario H
da. Entonces arrojó el espejo de mano
ó al ver el papel de la prueba a un lado
que lo tirara
jamiento con omegas. Ni siquiera podía recordar cuántas veces lo había hecho ya, pero curiosamente, Keith solo tenía cifras bajas para cada prueba de compatibilidad con omegas. Por lo general, el promedio es del 30 al 4
cia de su linaje, ya todo que se trata de tener un b
lla. La luz del sol fluía suavemente p
irarse a sí mismo cuando era uno. Los niños son sucios. Ellos babean, derraman la comida, y no pueden limpiar sus desechos. Keith Dominic odiab
onstantemente busca un omega que diera a luz u
glomerado Keystil. El resort, los hoteles y los casinos de Busan estaban en sus manos. P
tración de empresas directamente de ella cuando era joven. Desde niño tuvo que lidiar con su mal genio e impaciencia, cada ve
después de estudiar en el extranjero y dejar el ejército a una edad temprana, se unió a la em
iba a realizar un trabajo sencillo en la empres
presidenta Victoria Domimic le
ente quieres algo de mi dinero
una vez se preguntó si
ue regresaba cansado, sino que era un officetel en las afueras de la provincia de Gyeonggi, ya qu
es que te fal
rreglan tan fácilmente. Siempre detestó las cosas lentas y más aún odiaba sentirse como en una congestión de tráfico, que avanza a paso
tado hasta ahora era casi el límite que pensaba para sí mismo que lograría aguantar. Por supuesto, es innegable que la influencia de abuela fue parte de aquel
guir sufriendo tanto como los demás, su abu
un
ue había estado tomando, y trató d