as sobre el mundo siempre la habían fascinado, y en su mente, los destinos lejanos parecían brillar con una promesa de aventuras y descubrimientos. No había
ro planeta. Y así, sin dudarlo, había comenzado a planificar su viaje, a pesar de la incertidumbre que sentía. Trabajó incansablemen
destino, una ciudad que encarnaba todo lo que Alicia anhelaba conocer. Qatar tenía algo de ese magnetismo que la hacía soñar con
reguntándose cómo alguien de su edad, y con tan pocos recursos, se lanzaría a una aventura
je me llevará no solo a explorar el mundo, sino a descubrir partes de mí qu
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le el camino hacia un destino que, aunque desconocido, sentía familiar en su corazón. El zumbido del avión, los murmullos de los pasaj
escondidos que revelaran la esencia verdadera de Qatar. También se preguntaba cómo sería la gente, las conversaciones, los nuevos sabores y aromas. Alicia
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n sueño. La ciudad la recibió con una mezcla de modernidad imponente y cultura ancestral; el skyline refulgía bajo el sol del desierto, c
conteniendo la emoción y sintiendo
erza invisible la estuviera guiando hacia un encuentro inesperado, hacia algo que el destino había reservado especialmente para
n nuevo capítulo comenzaba, uno lleno de intriga, descubrim