me doblegó y en ese instante, sin querer me puse a pensar: "¿Cómo podríamos
ladrón –confesé y él negó -¿qué h
ro pareciendo nervioso –simple
viene –me lamenté y él sonrió,
evarla –prop
la escuela, me lo d
a su auto –debe... enseñarme a defenderm
se –comenté y se rió -¿harás algo hoy?
.. ir a beber conmigo seño
recto –comenté b
preguntó con
a decir... mira el niño con... esa a
ortunado con esa mujer tan preciosa y sexy!
ue pregunté eso, quise darme u
ó y me reí avergonzada –por cierto, graci
s que puedo hacer –c
y nerviosa, bajé mirándome en el
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ni
mos ala capital, y en parte sabía que Laura estaba intentando despegarse de su niño. Ha
mbargo la conocía desde pequeña para saber que estaba con miedo. Yo
a una capital, era tiempo de avanzar. En cuanto terminamos de comer
sintió pero al observarme sus ojos llen
la voz quebrada, y la envolví en un abrazo sin
la me sonrió. –Ademas te dije que podías
la muerte de mi esposo, me aferré demasiado a él. Debe
e pre
e quedarme contigo am
tuve. Mis ojos contemplaron a ambos sonrientes, mientras Olivia se apoyaba
s de mi pr
o podía sentir algo así, dejé los
ital, Eric y Olivia eligieron sus respectivas habitaciones. Y una
esta oportunidad –comentó Eric sosten
nté con una sonrisa que no llegó a mis ojos. Al escucharme, Eric dejó la
para mi sorpresa, se quitó la musculosa de
o.
is manos quedaron pegadas a mi pecho. Si estiraba apenas los dedos podría sentir sus pecto
abios, estaba a un centímetros de los mios ¿Y si lo besa
Olivia, y nos separamos de golpe. Toqué mi
cari
veces tienes esos problemas de ansiedad ma. Me alegra esta
endíamos y sobre todo hablábamos mucho. Muchos decían que era raro que nos ll
onrió –estoy bien. Solamente
–comentó y asentí –c
las llevo –susur