img Yo soy mía (Saga Soy)  /  Capítulo 4 Emociones fuera de juego | 23.53%
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Historia

Capítulo 4 Emociones fuera de juego

Palabras:1766    |    Actualizado en: 20/11/2024

a Leo

s de la familia siempre me dieron asco. Lo único que realmente me importaba era mi trabajo como Ginecoobstetra en un h

cedencia hasta que, hace dos

fesional admirado y querido por todos mis paci

obre todo, de Basima. Ella es demasiado perfecta para caer en las garras de alguno de ellos. Lo que más me llama la atención n

ma me mira asustada. Aunque quiere parecer valiente, las lágrimas empañan sus ojos c

guna vez a ver a su madre? -insiste en hacer

titubear, como si su desesp

r de esposas relucientes. Para poder descans

quiere

has entendido perfecta

as esconde las mano

ordenando! ¡Acuéstate en la cama y co

a apoderarse

por f

o. Las lágrimas se le

ra convencerme a mí mismo de no

las esposas. Suenan al chocar entre sí porque estoy temblando. Actúo como un

ana enrejada. No sé si pretende montar una escena con much

ita con el viento que se cuela

. Esto no me suceder

agarre de mis manos. No protesta por los arañazos que le produ

la como una niña malcr

su boca. Aprieto a la muchacha contra mí, tratando de calmar

ula en mi carne. Mi sangre corre desde la

o estoy haciéndole frente a una mujer, sino a una f

¡Suéltame, besti

ndré fácil. -afirma, sin darse cuenta d

y le obligo a colocar uno de los brazos por detrás de la espalda. Luego, lo

go, no lo hace de una forma lógica, sino como cu

ue me ha dejado en la palma de la man

a. Me dejará una enorme cicatriz -le digo con

s. Coser a otras personas, para mí, es algo sencil

na. -Basima se hace la importante, aunque no deja de mir

en hacérmelo saber. -Trato de sonreír par

ferente a un secuestrador y vio

osible que esta mujer conozca mi pasado, pero mi presente es muy dife

emasiado común. Ningún hombre, en su sano juicio, se sentiría atraído por mí. Es eso lo

ha recuperado su seguridad. H

o. En realidad, no eres

escog

o de decir, pero ella se me adel

enos coquetee con Basima, será más sencillo reg

tu gusto. -Repite, bu

guirá tan f

dicho eso

ran mentira. Me encantan las

aste a tus hombres que yo no tenía la portentosa

palabras que solté en un momento de puro

al, un salvaje, un patán que no merece el perdón de Dios. Odio a todos los de tu clase. Te odio

e chispean, la postura agresiva, su resp

o mantenerme firme. No puedo ceder espacio.

eres una víctima de mis palabras, sino de ti misma! -Le suelto con prisa.- Eres quien ha

ces. -Se pone a la defensiva, aunque s

en una

-Me apresuro

ostro. Eso has di

is palabras. Ella tiene

para continuar discutiendo

no sepa de ustedes. Nunca había visto una foto de tu rostro porque, aunque vives en España, no has dejado de ocultarte de los hombres que trabaja

e traficantes de mujeres? ¿Sabes que fui violada de una forma cruel y salvaje durante varios días? ¿También sabes que los golpe

evando su lacio pelo completament

orrido por el llanto. Las manchas negras,

con orgullo, la nariz respingada, y me

ies para ser más alta de lo que ya es, a pesar de que debe med

de mi camisa. Tengo que terminar con esta escena cuanto

daño, Basima - le

í, que haga conmigo una esp

í de nuestro hogar, de la familia? ¿No nos has arrastrado por los campos e

aven en mi interior. Ella tiene razón, pero no puedo dárse

alrededor, buscando una manera de escapar. Afuera de la casa, están mis hombres, los mismos hombres que trataron de matarte hoy en la tarde. Si yo fuese tú,

hacia ella con las emo

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