mirarlo, decidió que definitivamente no era una buena idea, y un pensamiento cruzó por su mente: '¿Y si es un delincuente? Tal vez tendrá antecedentes penales'. Al lan
qué lo perseguían esas personas? Debe haber hecho algo b
n realidad, su madre le había advertido que nunca se involucrara con este tipo de hombres. Ella solía decir: "Estos hombres te quitarán todo el d
Espero que no piensen que tengo algo que ver con este hombre ni con lo que sea que haya h
sar un caos total. La idea de que él estuviera en su casa hizo que un escalof
a dispuesta a echar una mano a quien lo necesitara, pero por mucho que quisiera ayudar a ese hombre, sabía que no
ebé. Desde entonces, Carla se había convertido en su madre y su hermana al mismo tiempo, d
al ver a Carla con un chico, ya que ella nunca había tenido un novio serio, pues siempre estaba ocupada con algo, con el trabajo, el cuidado de su hermano y el pago de sus deudas. Así que realmente nunca había tenido
e terminar su recorrido habitual alrededor de la manzana y fue entonces cuando los vio. Indudablemente, Jena era una mujer muy linda. Tenía las pierna
on una gran sonrisa en su rostro, ya
en un callejón entre los dos edificios, detrás de los contenedores de basura, sin embargo,
era irritación en su voz. "¡Pero por favor! Carla... Es obvio. Sabes que es completament
nso", agregó Jena, con una gran sonrisa en el rostro. 'Desearía que fuera cierto', pensó Carla para sí misma. Después de decir
ención obvia de decir algo más. Carla puso los ojos
as noticias dijeron que se avecina una
a una pequeña risita y desaparecía por las escaleras. Carla le sonrió
aba sobre el hombro de Carla, y como estaba bastante oscuro, ella no pudo ver
razo del hombre alrededor de su cuello e intentó bajarlo
estoy haciendo todo esto por un
n tipo de pandilla, y ahora tengo que llevarlo a rastras a un lugar seguro. Si lo llevo a casa
o soy así... Nunca me podría perdonar a mí misma
su mente: '¿Acaso me atrae este hombre?'. Entonces detuvo su patrón de pensamiento antes de pensar más en ello. Carla siempre se había prometido a sí misma que encontraría a un hombre que pudiera hacerse cargo de ella económicamente, además, quería que fuera algui
, se dijo en voz
r la cabeza por todo el esfuerzo mental que estaba haciendo. Entonces decidió que tendría que arriesgarse y llevarlo a casa ha
gó a la puerta. Al tenerlo abrazado con las dos manos, fue incapaz de alcanzar las llaves
o toda su fuerza y estaba cargando con todo el peso de él. "Vamos. Solo u
Sé paciente! ¿Olvidaste tus llaves otra vez? Deja de pate
"¡Vamos, Sean! ¡Abre la puerta!", le gritó Carla desde
r a su hermana cargando con un hombre cuyo rostro estaba cubierto de sangre inmedia
azón, por lo que se quedó parado a
s había visto tanta sangre, así que er
an la miró con la boca abierta. Estaba en estado de shock, sin e
lo muy lejos. Había sudor corriendo por su rostro enrojecido. "No había hecho ta
ue cerró la puerta y corrió el seguro por si acaso. Sean intentó ayudar a su hermana tomando al hombre por los pies, y desp
irme por qué hay un hombre inconsciente y con la cara llena de sangre recostado en nuestro sofá?
el baño, tomó un paño húmedo y comenzó a limpiar la sangre de la cara del hombre. "¡Solo cálla
vertido en un hospital. Siempre quise ser médico
a echado a volar acerca de cómo ese hombre había resultado herido. "¡Sean, el botiquín!",
itó la camisa, la cual también estaba llena de sangre, y la echó en la la
ce solo tenía algunos cortes y contusiones, pero nada demasiado serio. Fue ento
ha terminado aquí, así que vuelve a tu habitación ah
te", le respondió el chico. Ella lo volteó a ver y, co
itaba terminar su tarea e irse a la cama, ya que
cansada en absoluto, y solo quería sentars
al sofá donde estaba recostado Terence. Como no había nadie cerca, Carla comenzó a examinar su rostro y s
cieron una cirugía plástica en l
bellamente tallados están sus párpados y qué perfecta es su nariz. Esos labios deben
n tan seductores que podían tener a uno bajo cautiverio con solo una mirada. El
ó la mirada de su ro
? ¿Cómo puede tener todo tan perf
y le susurró: "Si tan solo sup
e Carla se puso roja como un tomate por
está pellizcando la cara?". Al abrir los ojos, casi se le
rieron con sorpresa, "¡
¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi camisa?", le preguntó, y después de palparse la cabeza
r lo magnífica que era su mirada. No podía dejar de mirarlo. '¿Cómo
e estaba llena de sangre. Estás en mi casa". Terence examinó la habitación en la que se encontraba. Era una gran sala de estar, y había
iliar, por lo que pensó para sí mismo:
ver cómo era, así que movió ligeramente sus gruesas cejas y pensó: 'Es bastante atractiva, pero en c
un 4 de 10', pensó el hombre, luego la miró a los ojos, 'Sus ojos son
s le sonrió levemente. Era extraño, pero a ella le gustaba que la mirara de esa manera. "Parece que estás mejor", le dijo Carla con
incómoda con él mirándola todo ese tie
solo la estaba mirando, sino que t
un vaso de agua
as le dedicaba una sonrisa muy seductora. Ca
supuesto que eres bastante hermosa. Gracias por traerm
lado. Ella tomó una naranja, comenzó a pelarla y en broma le respondió
menazaste para ayudarte a huir de la escena, detuviste mi motoneta eléctrica a tiempo para evitar que se derrumbara en la calle, por lo cual estoy rea
persona está en serio peligro, se h
? ¿Por obligarte a salvar mi vida? Tuve que hacerlo, no podía dejarte ir así como a
a mantenerte alejado de las personas que te perseguían, verdad? Ah, y también por refugiarte de una tormenta que se avecina, además de que todos mis pedidos por en
números, ¿no es así? Cuentas cla
uiera respirar, y después se volvió a sentar, soltó
n ángulo perfecto y no pudo evitar sonreír ante esa detallada narración de Carla. Posteriormente se llevó la mano derecha a la cabe
pensar: 'Podría quedarme aquí, pero me pregun
bra", y continuó diciéndole: "Todavía tengo mucho dolor. No tengo dinero en este momento, pero te prometo que te lo devolv
isa: "Oye, estás siendo muy dramático. No creo que te duela tanto. Realmente no puede ser tan malo. Por cierto, justo abajo hay un cajero automático abierto las 24 horas. Ahí puedes sacar
ía que Terence se quedara más tiempo del necesario, especialmente si había gent
ra!", le gri
la vuelta para mirarlo. En el fondo Carla se sentí