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Historia
El imperio Secreto de la Mafia

El imperio Secreto de la Mafia

Autor: Paula Tekila
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Capítulo 1 Llegada

Palabras:2073    |    Actualizado en: 20/02/2025

o habría ocurrido de no ser por la confusión que se produjo en la última boda en la que trabajé hace

echaran del lugar de celebración y que al día siguiente saliera en las noticias, lo que puso fin a mi perfil profesion

ra por Italia, es la gran oportunidad que estaba esperando pa

e prefirió a su lado y sin mayores ambiciones. Ahora que ya no tengo ni

paisajes preciosos, pueblos tan elega

anillas? ¡Qué frío hace! - pr

quiero contemplar

un destello de luz blanca se apoderó d

té moverme, pero todo parecía girar a mi alrededor. Y cuando miré hacia

irando hacia el asiento delantero y

eguí abrir la puerta arrugada y salir del coche, y entonces

té mantener la calma y me acerqué a él, toc

sea, ¡es

estos hasta que encontré mi bolso entre ellos, entonces saqué mi teléfono móvil e inte

entre ellos, así que intenté toquetear el equipo y el fuerte olor

en el suelo, seguía intentando hacer funcionar el m*ld*t* telé

iona, p

- una voz femenin

da, hemos teni

aba, hasta que me di cuenta de que iba ar

ita sea! - dijo un homb

rra sabe

os ojos si tomas una dec

pensando en mi vida y para el

existe. - replicó ella, simplemente alisánd

dispararme, pero el hombre la

Elisa! ¡Te lle

ba muy cansada y todavía dolorida por el accidente. Me sorprendí a mí misma mirando hacia

, parecían vampiros salidos de una pelí

importa quiénes sean, ¡s

ltimos minutos de tu vida, ¡mantén

ada paso que daba parecía ale

de hierro forjado, lo que demostraba aún más que aquel lugar escondido en medio del bosque parecía existir des

aré a la muje

ncontrado yo!

cautada. Apártate de su vista un rato y deja

üence de lo que he oído, no sé quién es ese Benicio.

iana y su lujoso mobiliario. En la pared, la imponente figura de

ser italiano. Cuando uno de ellos entró en la habitación, asintieron con la

portugué

- preguntó el apuesto, enigmático e

a de un concejal! Gobernador, en realidad... ¡Algo así! - Las palabras n

que está aquí por negocios. - preguntó el

dente de coche, ¿querías

nte! ¿Sabes con qu

a mi voluntad a punta de pist

antara de la silla como un rayo, vino a mi

ultando este lugar para que alguien lo encuentre y lo revele al mundo! - se vol

tuvo un accidente. ¡El coche estaba hecho pe

merables enemigos y todos son lo suficientemente

io me observaba con una mirada curiosa, como si estuviera estudi

- respondió e

abra no valía absolutament

reglándose la corbata-. - Llévenla a la

óvil, era inútil sin seña

a vez hasta el centro de aquella ciudad... Definitivamente puedo llamarla ciudad porque era enorme, allí había

llo, Medelerr nec

ros y ahora me llevaron al interior de la casa

sido elegido por una mujer clásica. No estaba allí para admirar la belleza, necesitaba encontra

er cómo muchos hombres paseaban por la zona, todos ellos portando armas,

una posible huida, todos estaban allí c

mi cuerpo, cansado y dolorido. Lo necesitaba m

huir con tan

alquier cosa, así que acabé tumbada en aquell

os ojos ya había llegado la oscuridad de la noche. Fui a

ría la puerta del dormitorio

en instalado e

o descanso... - entró en la

én te envió a espiar a Culla del

lo sabe?

quisiera matarte, ya lo habría he

un pésimo fotógrafo brasileño... ¡He te

no deberías haber vis

lo que haces. ¡Déjame donde me encontraste y segui

mpos

e? Dime algo definitivo. - pregun

ar a alguien de tu paradero, ¡

insultarle con todos los nombres que se me ocurrían. Si e

a y esta vez era una mujer. Llevaba toallas y algo

ora! E

egundo. Dijo que si quisiera matarme, ya lo habría hecho, pero n

a habitación doble. ¿Qué clase de cosas

dré de aquí!

esesperada bajo la ducha, oigo caer algo fuera, salgo envuelta en la toalla que encon

pue

sar en nada más. Siento unos brazos fuertes que me aprietan contra l

y lo repito: ¡está en mis ma

y enderezo la toalla que

... Entro y me encierro. Oigo parte de la conver

á ella

rajeran, ¿vas a

o, ¡pero aún tenemos

dejo de oír con claridad y hasta me a

ngo mujer! - Oig

absolutamen

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