ul
acia la ventana... Era como si yo fuera un detalle insignificante en la historia que ella intentaba escribir con él. Sé
erme con un libro sobre uno de los muebles, pero las palabras no tienen sentido. Só
z y charlamos un rato? ¡Ben
ré dentro
ero golpe en la puerta me devolvió a la realidad. Antes de que pu
regunta con los ojos b
entrar -respondí,
la cama y abrió el libro
ién quiere
s más tiempo y tu tío no está aq
tenga cuidado co
mí? - pregunté mi
gúnta
ue yo? Eres muy joven, ¿quizá antes d
que sí, pero no pued
o decir, sí,
e gu
so? - Intenté disimular, pero mi vo
e peleó con un hombre por tu culpa. - Lo dijo con la
Sara. - Intenté restarle importan
as. - Se encogió de hombros, volviendo a col
el pasillo. La criada apareció en la puerta
tío podría enfadarse -dijo, pero s
stando! Me ha llama
cesitabas algo -dijo, con
- respondí rápidament
mpo, ¡así es como me
e hacerle
recer alegre, a pesar de la tormenta
de ella, Benicio y yo, cogidos de l
anceando los pies mientras volvía
o. Eres una au
bujar. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea. Sara era curiosa, dulce y, sobre todo, qu
el gran libro que firm
za, pensativa
s de la gente del pueblo. Lo vi una vez
guarda muchas cosas allí -respondió ell
aérmelo? ¿Só
mén, emocionada. - Claro que
idado, ¿vale? No quiero qu
tarde cuando va a trabajar -respondió con u
stas sobre Benicio, sobre el pasado que oculta. Y, si era sincera conmigo misma
egresó, sosteniendo un pesado
está
visto entrar?
iadas están
creíble,
páginas estaban llenas de nombres, fechas y firmas. Era un registro de las vidas de
eñaló una página. - L
Benicio, firmados con
e principio a fin, ¡de nada servía tener tod
frustrantes
mismo cuidado con
el libro, la sometí
está esperando... - gr
júrame que no le conta
so en la mejilla y entregándome unos d
dir ayuda a nadie. Todavía tengo el pie muy hinch
. Me eché perfume y me peiné, mientras hacía esto y me arreglaba el collar, mirándome en el enorme espejo del tocador
ar o prefieres
r un rato de e
ie herido en su cuerpo y bajamos
bien... - dijo el viejo que an
as iróni
ité a verlos interactuar, y ese pervertid
tambul hace dos horas. ¡El diner
do delante de mí. Ya nada puede sorprenderme de ellos, y
les pasaré a todos las c
iempo te ocupa tu luna de
y los ánimos se caldearon. No dijo una palabra, só
altado por la e
lgo especial
No
dijo la camarera, se acercó
ede ayud
a estaba servida con salmón en salsa, vino y una hermosa ensalada
ene h
comer, tragando rápidamente
lo preguntas
a todo el día y estamos
te para quié
mí, ¡es justo que yo e
alvarte la vida! Fue u
e incluso por un
reguntó, limpiándose la boca con l
lo
hijo. Murió
? - le pregun
que se c
o una cu
os, poco después de na
sacar e
mesa para que yo no me diera cuenta de lo mucho que le afectaba. Benicio tiene sen
er, mientras su corazón puede es
r la llamada y tomó un último vaso de vino an
o, y se marchó con el
de la fiesta, si no tiene escrúpulos y vive del crimen..
r a su habitación, señora? - p
, pasé por delante de su habit
? - pregunté e inmedi
o l
por la ventana, sin ver nada más que niños en la cal
er. - dijo Benicio mientras
- respondí, devolvi
ue este matrimonio no es real.
lo sabr
utas. - Me acercó y me abrochó
nas n
ella pieza, debía de significar algo así como una alianza...
í misma sobre por qué estaba realmente esperando allí, salió al jardín y
er qué está pensando. Me siento tonta, me vuelvo a tumbar en la ca
a, mirándome con una expresión que no entiendo. P
n voz grave-. - Tene
venía de una tenue lámpara situada en un rincón y él estaba sentado detrás del escritorio,
do por fin el silencio-. - Sobre ti, so
arecían faltarme. ¿Qué estaba diciendo? No le
on la voz más fría-. - No puedo fingir que todo va bien
nstinto. Benicio se acercó a mí con paso f
ión, Paulah -dijo, apu
tar en peligro era tan real que parecía que el mundo a mi al
? - me preguntó, con la pistola aún apuntándome
ma, había sido una pesadilla. Pero, ¿c