TULO
presiva presencia. La sangre me bombea por todo el cuerpo, como una
contengo la respira
adas en mí, con mis manos a cada lado de las cader
e moverme. El público comienza a murmurar
s Apart suen
e levanta de su asiento y comienza a caminar en direcció
del inicio de esta desabrochados, un cinturón con hebilla br
mí? ¿Por qué envidio aquella seg
ón que no comprendo. Doy un respingo cuando un guardaespaldas se
escenario. Era una ley establecida para que ningún i
omado en cuenta reci
sta p
ario! -le anuncio al guardaespaldas, q
íbe eso, Ángel! -me regaña
quien está callado observando la situac
segundos, suelta el aliento y se aleja del señor Voelklein, sin ante
e yo le per
os de encima, me resu
ina sobre la mesa sin expresión alguna y apoya su
asiente. Es mi señal
la música del sitio, le pido que ponga
. Me sé el número de memoria. Lo he practicado m
? ¿Aquel nerviosismo que me tensa los músculos y
o envolver por ella. Me de
Doy dos pasos hacia el frente, sin apartar la vista de los o
giro en ella hasta terminar de rodillas en el suelo, hacie
o que se ha formado con sus mano
so mis manos por las piernas. Desde el tobillo hasta mi trase
cual sostengo con el brazo, a la altura de mi axila y lo tomo con mi mano, con fuerza. Con la otra
do la cabeza hacia atrás, dejándome llevar. Di
el, bailo, me muevo con esa sensualidad que sólo surge de
o sé. Y que ahora, ha sido desc
do y echo mi trasero hacia atrás con una sensualidad que lo atrapa, lo
pupilas se dilatan. Serio. Está serio y veo que
mosa. Una mujer que puede tener a
, me hipnotizan,
entre a medida que bailo, caliente e intenso.
rada y quiero que no pare de hacerlo. Q
os nosot
rnas en el suelo mientras con las dos manos
ecibo y es el que me interesa es el de Matt Voelklein, quien se ha
nto. La luz tan sofocante me hace sudar un poc
ordo, borracho, de traje y calvo de casi sesenta años que viene en dirección hacia mí y tiene t
ría ser s
. Matt es más rápido y ágil, y se mete en su cami
que es mucho más alto que él. Otro paso seguido, le propina un puñetazo
se establece entre el
tes y voltea a verme, agitando su mano adolorida mientras el
cido, pero se dulcifi
cierra y dej
--
o cuelgo para que sea utilizado por mi otro sábado. Debo ponerlo a
lo allí, como espectador y no s
este tipo de show. Aunque no tiene nada de malo s
ctáculos? Me cepillo el cabello, me quito el maquillaje frente a
bajo allí por la noche. Pero ahora él lo sabe y no sé cómo verlo a la cara. Aunque, no debería ser nada
ero. Recojo mi cabello en una cola alta y me echo un
soy la única que queda en aq
arece. Me sobresalto. Finjo que no me afect
me tiende los billetes con su mano delgadas y fin
través d
re como Matt Voelk
la toma po
de una gran línea de hoteles en California y en varias partes del mundo -me infor
visto por
os billetes en la mesa y posa sus manos sobre mis hombres mientras nos m
ente -¡¿Acaso enloquecist
rviosa por mi reacci
dísticas -miento con firmeza para que no sepa que lo conoz
nsativa y llevándose los d
Buenas
más nada,
mirando l
es para ti t
na y la madrugada ha llegado con un posible chaparrón que s
y bajo los escalones luego de desp
llejón y me
ra, con las piernas y los brazos cruzados al otro lado de la calle
alguna y me regala una mueca simil
se encuentra
espe