dridos de los perros lo ahogaran. Al estirar su cuello, Yvonne vio un patio lleno de gente corriendo de pánico. Varios p
chado por la sangre que rezumaba de los rasguños visibles en sus brazos. La corona del fénix estaba inclinada sobre la cabez
ucos y las criadas expulsaron a los perros que quedaban en el patio, ella salió de su escondite y, con un tono falso de pánico, gritó: "Madre, herm
dejarlos inconscientes y se los llevaron. Por fin, el patio estaba tranquil
el trasero! Avergonzada por la naturaleza sensible de la herida, Joyce no se atrevió a llamar la atención sobre su dolor, por lo que hizo una mueca mientras s
los asistentes que estaban a su alrededor: "¡Atrapen todas las bestias! ¡Llamen a Ming! ¡Quiero saber de dónde vienen todas estas best
ás herida? Déjame echar un vistazo". Yvonne presionó su mano con fi
mientras lo hacía, soltó a su doncella y cayó al suelo. Yvonne
tras seguía murmurando disculpas a Joyce, Yvonne no se mov
encima!", gritó Joyce con
sonrisa, Yvonne gritó: "¡H
ntarla. El resto de las criadas ayudaron a Joyce para ponerse de pie y cuand
ailey, al mismo tiempo que miraba al sacerdote que yací
sunto". Yvonne sonrió y cambió su mirada a medio camino entre el tembloroso paso de Joyce y el palacio detrás de ella. "Con
an magistralmente. Ha sido invaluable, pero no confío plenamente en él. Mantén tus ojos sobre él
, como me lo pidió, pero me preocupa que las heridas de la princesa Joyce sean demasiado graves. Es posible que no se recupere a tiem
leve risa. "Mírate. En verdad tie
rante el evento; le pareció gentil y caballeroso y, al mismo tiempo, guapo y masculino. Había sido la propia Joyce quien la convenció de ceder ante su sentimiento por él. Yvonne se había enamorado de
a sonrisa irónica apareció en el rostro de Yvonne. Al fin pudo ver
miento, pero ahora, mirando hacia atrás, pudo ver los ded
mitir que eso
a el proceso de curación. También dicen que pica terriblement
lteza, está bien informada. Ese ungüento existe. Yo conozco a un aprend
hermana, Joyce', pensó, 'siempre has sido tan buena conmigo... Me sentiría terrible si no te doy alg
icardía. "Hailey, ¿qué crees que mi madre y
e pretender pensar por un momento, dijo: "Cr
salón, caminaron los asistentes en silencio y hablaron en vo
Quizás no cumplió la orden!". La princesa Joyce yacía boca abajo en una cama, mientras una doncella trabajaba rápidamente
os acontecimientos. "Descubriré quién estaba detrás de todo esto. Mientras tanto, ¿cuántas veces te tengo que decir que actúes como una princesa? Pase lo que
la voz de un eunuco llegó desde afuera, señalando la llegada de