RLO
ti. Ven conmigo a París el fin de semana, me encargo de todo, en primera clase todo el trayec
latos. Mira mi correo con más atención-. ¿De verdad va a
te es una cos
omo siempre, el lugar es un desastre: un bebé dormido en medio del desastre. Lisie recoge una camisa manchada con una mano y limpia el puré de manza
laptop con una carcajada-. Y lo único con lo que estoy hac
otte Bunsen ? ,
de nuevo
ente estaban dirigidos a otra persona. Invitaciones VIP a fiestas elegantes. Recibos de ropa de
rme cuenta de que tenía una doble de nombre. Una búsqueda rápida en Google lo confirmó: Charlotte Bunsen
orativos aburridísimo, ella se dedica a las relaciones públicas de moda. Sus redes socia
icos al vacío, listos para llevarse a la Otra Charlotte a vivir aventuras sensuales y lujosas en lugares exóticos.
sto? , le pregunto a Lisie . ̶ N
a vez re
cibí su declaración de la renta de su contable, pero parece que no revisa sus mensajes
y gente que lo tie
pers
n
ealidad cotidiana. Porque, según los correos que llegan a mi bandeja de e
abajar -le digo a Lisie , dej
nte-. Vamos a ese café paris
de una pequeña mesa de bistró y un plato ext
z en off de un anuncio de perfume-. Tomaremos un café con l
Lis
cansada que estoy -di
o, saludando al salir. Me doy la vu
tambié
eños placeres de la jornada laboral. Cuando me gradué en marketing, imaginé reuniones de presentación rápidas y tácticas innovadoras. Impresionaría a client
ly en París,
urrido. Organizo el folleto anual, envío comunicados de prensa a la misma docena de medios y ayudo a organizar nuestras conferencias. En privado, pronuncio el acrónimo SNZ como "Snooze"
s, me he construido una vida agradable. Puedo permitirme mi bonito apartamento y puedo dedicar mi tiempo libre al club de punto, a yoga en Central Park, al club de lectu
detrás del escritorio? Quizás. Pero al
a taza de café- cuando Rayan aparece en la puerta. Es decir, el único hombre disponible en diez pisos que no tiene ci
a", sobre todo por un chico de fondos fiduciarios que se comporta como e
regu
con una sonrisa burlo
respondo c
ha, y yo suspiro. Porque la vergonzosa verdad es que no
na mujer de sangre caliente! ¡T
rmente horrible el año pasado, y, de alguna manera, ha sucedido un par de veces más, cua
mo el infierno q
a años. Atrás quedaron mis días de fantasear con un amor verdadero que galopa a caballo, pero aun así... no puedo evitar mantener la esperanza. Química. Mariposas. Un hombre que no grite su propio nombr
Quizás organice mis blusas al estilo arcoíris , pensé con alegría. Y después me di cuenta
que Charlotte Bunse
co, pero me contestó, llamándome a su oficina, donde lo encontré con un cliente, un hombre de unos cincuenta y tantos, bronceado con laca