intiéndose confusa y es que no recordaba lo
su totalidad de color blanco, lo cual, acompañado aquel característico aroma a
te de eso le hizo recordar los acontecimientos de e
ente herida. Portaba un collarín, sentía un liguero sabor metálico en su labio inferior y usaba una clase
le de que se encontrara ahí. Su molestia no radicaba tanto en el daño sufrido, s
star y arranco la línea de suero de su brazo
cabeza, una bota ortopédica en su tobillo; fuera de eso parecía encontrarse en buen estado. Lo cierto es que parecía frági
decidió optar por algo un tanto más drástico y golpeo su rostro. Le propino un par de
con tristeza lo sucedido. No era el accidente lo que le afectaba, sino lo ocurrido antes de eso. Lo
pronto se dio cuenta de que no se encontraba solo. Emilia se
.. -trato de
a dispuesta a escuchar sus excus
único que deseo en estos momentos es poder golpearte -afirmo mientras le propi
frimos este accid
ro y me distrajo -deseo hacerla en parte responsable, au
contento con eso estrellarnos. Pude haber muerte y te aseguro que si hubiese ocurrido te
to irías directo al infierno -respondi
sola posibilidad de que en efecto le hubiese ocurrido algo
o que esto te lo are pagar -le amen
-decidió preguntarle, sin dejarse
olicía -contesto co
o eso -rebatió sin demora sus palabr
escuche que ya estuvieron por aquí pidiendo hablar conmigo y esta vez me enco
aseguro, aparentemente
ía desde hacía años como para saber que podía volverse impredecible cuando estab
eguro de que después se arrepentiría. Por lo cual, y aun c
! -exclamo
ver como Alexander perdía el equilibrio debido a su pie herido. Comenzó a caer al
entre sus brazos, evita
io, a la par de retenerla. Pretendía disculparse con ella, r
nciar palabra alguna; pues en ese momento escu
n sus padres y los padres de Emilia. Todos ellos les ob
aul, el padre de Alexander con fuerza,
ijiste -ad
e no espere que ocurriera sin que les diéramos un buen empu
se casarán -declaro
ía de sus labios, sin tener la menor idea de cómo reacci
regunto Emilia