la desaparición de Benjamín había sido largo, cargado de emociones contradictorias, y aunque todo parecía haber vuelto a la normalidad, la sensación de inquie
gocios, el que siempre había sabido lo que quería, estaba perdido. Aquel niño, ese hijo que apenas conocía, hab
e texto lo sacó de sus pe
lar. Por favor,
arlo. Sin embargo, lo que le esperaba allí lo aterraba más que cualquier
in dormir, dándole vueltas al mismo tema, pero aún no tenía respuestas. Se levantó de la cama
a de C
lo esperaba en la sala, con las manos entrelazadas, mirando hacia
rgado de algo importante, algo que cambiaría las cosas entre ellos
z era suave, pero con un toque de firme
agó s
ué se
ojos, y en su mirada había una mezc
e hacer esto solo. -Hizo una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras-. He visto lo que has hecho por
ciones, especialmente las que lo desbordaban. Se quedó en si
empezar. Esto de ser padre, de estar involucrad
a él y puso una ma
e seas perfecto. Solo que estés allí. Por él. Porque
de tener una responsabilidad sobre otro ser humano, lo llenó de incertidumbr
. -Su voz temblaba ligeramente-. ¿Y
una ternura que nu
confíes en mí, porque yo te confío a ti. -Su voz se
su tono, lo hicieron sentir que no podía huir de esto. No solo porque era lo correcto, sino porque,
reso a
la puerta, y antes de que Tomás pudiera reaccion
ona en la puerta, su rostro cambió. Tomás se gir
en estaba recib
io lo dejó sin aliento. Claudia estaba frente a él
erta, una mujer que c
Tomás se detuvo cu
te nerviosa, no pud
onaba como un eco lejano de un tiempo que él
Mari
ompañera en una época que él nunca había logrado superar del todo. La que, con
chaba por procesar lo que veía. ¿Por qué estaba aquí?
o miró, c
Conoces a
a tensión en el aire era palpable, y su me
a ser crucial. Algo que iba a cambiar no solo su rel