usted también. Iré directo al grano. Quiero que se case con
salvar a su hija. Scarlett es su princesa, su adorada niña, y aunque las formas sean
fuerza mientras la indig
está confundiendo, al igual que su
andro Martínez. Veintiocho años. Nacido en New York... Dirección de
otar; sin embargo, su rostro se mantiene inexpresivo
rmente, ingresó a la policía. Vivió con su abuela materna hasta que falleció hace dos años. Actualmente, teniente capitán en la división de c
una corriente helada
on la que protege su verdadero pasado. Saber que esa
es una oportunidad que vale o
onde Alejandro con el ceño fr
ado a mi familia -responde Mateo con ese tono protector
rá que no est
seguridad. Con mi respaldo, eso no solo es posible, es inevitable. Sin él, puede quedarse en sim
la de furia y desafío. La mandíbu
eguramente podría conseguir a cualquier hombre con un chasquido. No tiene por qué invol
tá dispuest
é bien -se levanta con ca
permitir que se tomaran fotos. Fotos íntimas. Comprometedoras. Hasta ayer, el rostro de Scarlett era
usa un segundo, y
..! Quise dec
obrepasando sus límites, él no e
ioso, golpeando la palma de sus manos contra el escritorio. Su
sa, reacciona con rapidez. Se acerca a Alejandro, le posa u
ar este matrimonio. Pero piénsalo... puede ser una oportunidad para alcanzar tus metas. Se redactará un contrato, podrán esta
er le recuerda a su abuela, aquella que siempre
-responde con una media sonrisa
us manos entre las suyas con dulzu
ndamente, ant
su esposo-. Mateo... no es un tirano... Él no es tan frío como parece. Solo estamos desesperados.
fuertemente y de
todo para que Alejandro acepte ese compromiso, esa fachada de matrimonio que,
rva esa unión
hija de un matrimonio tan sólido, Scarlett ha terminado tan rota. Él no ha tenido eso. Ni siquiera lo esp
ría que su padre le diera siquiera una mínima pa
respuesta? -pregunta finalmente, tragán
promiso programada en el Hotel Resort -informa Mat
un sí... pero tampoco un no. Y eso,
spacho, Mari
lett desea hablar con us
on ella. Tengo decisiones importantes qu
er
ro, lanzándole una mirada fulminant
dose para informar a su jefa... y pre
ón. Maldice por no tener su coche y saber que en esa zona de l
mes puertas se abren
s se abren incrédulos al ve
TÚ!