n intentarlo, de la misma manera que tenía a todos los hombres en la sala, empezando por el entrevistador, atentos a cada uno de sus movimientos. Si el hombre le
e la conoció. Es por eso que había le había pedido, prácticamente exigido, a su jefe y mejor amigo que le permi
u alrededor parecían querer ser alcanzados por él. Con sus ojos verdes, piel clara, cabellos castaños y
e estaba. Sus sentimientos por Isabella eran genuinos y solo había bastado solo un vistazo para estar seguro de que la quería en su vi
abría considerado en dejarla en paz -quería creer que podría haberlo hecho- si no fuera por el hecho de que más de una vez la había visto mirándolo con interés. Esa misma mañana
e unes a mí? -p
ido, aunque esa era la verdad, no tení
er a qué se estaba negando. Sin importar
istancias con ella. Martia no parecía una mala mujer, pero su mala suert
abella. Desde pequeño había sido de esas personas que no
, te prometo qu
a entrevista había sido su último pendiente del día. Lo sabía porque al empezar la semana
la terminó de despedirse de todos. En cuanto
or hoy -le informó
abella soltando u
a el auto, seguro ella no lo apreciaría demasiado. En su lug
añana tienes el dí
ienso dormir
vemos el lunes
tá
ós L
Señorita
ada de frustración
rándola a través del espejo retrovis
erró los ojos y se reclinó en el asiento. Luka
a en casi una hora. El tráfic
jo al conductor cuando se d
aba demasiado cansada, lo había visto a lo largo del día. Su ritmo de trabajo le es
-le dijo el hombre
us ojos se posaron en Isa
los ojos. Le dio una sonrisa que ella correspondió. Era tan herm
de unos segundos porque su sonrisa se borró y
lle
rato -dijo en
uedé dormida. De
dor. Yo mismo tomó algunas dosis para mantenerme así
o era más natural cuando no había un público que o
s palabras salieron de los labios de Isa
darle tiempo de retractarse. Quería que Isa
a la puerta, sabía que estaba esca
n la puerta de atrás en un
ormó mientras le ofrecía un
aci
orrer los jardines. Después de revisar a conciencia ingresó a la casa y verificó los si
e abriera. Ella salió una toalla envuelta en la cabeza. Sus mejillas estaban arreboladas y su piel brillaba si
tan encantadora. Su cuerpo reaccionó de inmediato, pero lo ignoró lo me
coló por mi ventana -bromeó ella. Al parecer
cia aquí. -Isabella hizo una mueca de desagrado. Estaba al tanto
odos los espacios asegurándose que en definitiva no hubiera nadie d
la vista -infor
eno sa
notó la reacción que tuvo en ella-. Estaré en mi habitación, no dudes en l
ella no había estado demasiado contenta con eso, en especial porque ya había cámaras en pa
as no
ato. La escuchó murmurar algunas cosas, parecía como si
paró para ir a la cama. La imagen de Isabella recién duchada y usando su pijama se le vino a la men
después de un r
despertó un tiempo después. Encendió la lámpara y el
n de Isabella, prácticamente corrió hasta allí. Miles de posibilidades pasa