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drid, una habitación l
uso Catalina con una pizca de d
seguro que lo haría - La voz
, egocéntrico, tirano de Alemania que reside en España por cuestiones Empresariales. Sofia Morgan observab
o, no hay manera de que yo escape de este destino tan cr
s tíos han podido vend
el amor de tus padres, de tus hermanos y tus hermosos sobrinos.- Sofia es la
Meyer, y es tal cual lo menciona
Dijo Catalina sintiendo náuseas - Inic
tivamente si pudier
fia. Además tu tienes un examen hoy, cr
esis, pero ni bien termine el examen estaré aquí n
u examen deberías de hablar con tus padres se
s un miembro más de la familia para mi, ellos tienen su vida, sus familias, yo estoy trata
loca de pie y abraza a Sofia qué segundos despué
miga retumbaban en su cabeza, y la impotencia la carcomía. No podía perm
uchó una conversación entr
n unos minutos. Todo debe
sabes cómo es - Expuso uno
rza. ¿Estaba Harry Meyer en ese mismo hotel?
ó al séptimo piso y caminó decidida por el pasillo alfombrado
se abrió
que pasara sin decir palabra. Quizás Harry estaba
whisky añejo. Al fondo, sentado en un sillón giratorio, un hombre observaba
uto, pero le suplico que no obligue a Catalina a casarse con usted. Ella no quiere hacerlo. Por favor... debe h
ncio fue
ombre giró lent
se co
visto del temido Harry Meyer. Era más joven, más atractivo, pero con una
robara el nombre en sus labios-. No tengo idea de quién e
usted Ha
. Soy Naven Fort, y acabas de irrum
tragó
o... fue un
lica algo sin que yo decida el pre
cedió un pas
. qué qui
ás alto de lo que imaginó, y el pod
on Meyer. Yo puedo evitarlo. Tengo influen
con esperanza
cambio
ó directo
. Justamente estaba buscando una par
o si el tiempo se hubiese de
tú seas mi esposa.
ó que le fal
endo? -logró murmurar,
Su andar era elegante, sereno, como si
asuntos que no me incumben, pero que, curiosamente, puedo resolver.
poco, chocando con la
udar a mi amiga. Pensé
da-. Pero puedo ser algo peor... o algo mejo
ue había caído en una trampa, aunque él no la había c
-dijo finalmente-. Ni siquiera sé quié
el matrimonio de Catalina con Meyer. -Se acercó un poco más, sus ojos eran difícile
ación se aceleraba, y su mente e
hombre que no conocía, que no mostraba ni una p
iado, en las lágrimas que no dejaba ver
tarde, en su familia, en sus sobrinos que s
levantó l
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