llamaba su "amiga de la infancia" i
medianoche, solo para recibir un
querida Isabella, con una ternura q
monio, cada vez que ella se sentía mal, él corría a su
ó con una mentira mía, para salva
olegas: "¿Pobre Sofía, siempre esperando a un hombre
s e hinchados, Is
y yo estábamos juntos anoche y aun así lo llamaste
la roja, y por un microsegu
a acusación: "¿Por qué no aprendes la lecc
ste a casarme contigo con un embarazo falso. Por tu culpa, Isabella sufrió. Te
para él, se sentía como una
me puse el camisón que le gustaba, con un
iferencia: "¿Cena romántica? Después de lo que hiciste h
ó la noticia: "Ha sido su
aro, "para que pens
el que te costó meses de tu vi
haces esto?", pregunté, c
o mucho a Isabella. Por tu culpa, ella sufrió. Y c
arruinaba mi proyecto, y él
falsa que debía firmar, asumie
unciar. ¡Amo
o brutal, el golpe final:
resonó, un arma que sa
que lo único que que
emblaba, firm
reputación, t
rtí en l
o, me fue arrancado con las pal
forma de redimirte por el d
ra darme cuenta que es
oportunidad para amar,