cular, decorado con miles de flores blancas y doradas, exactamente como lo había planeado en mi vida anterior, la vida de la mujer enamorada. Los invitado
pero ahora lo sentía como una armadura. Mi maquillaje era impecable, ocultando l
su sonrisa parecía un poco forzada. Últimamente me h
ondí, y en mi voz había una
l socio de Ricardo, mirándome con una extraña mezcla de tristeza y preocupación. Y luego lo vi a él. Ricardo, esperando al final del pasillo, con una sonrisa de triunfo en el rostro, el novio perfecto en su día perfecto
egó a Ricardo, quien me tomó las
rró. "Tranquila, mi amor.
llegó a mis ojos. "Tienes razó
palabras de siempre. Todo transcurrió como
amarla y respetarla, en la riqueza y en la pobreza, en
z llena de una falsa emoción
"Y tú, Sofía, ¿aceptas a Ricard
. Todos los ojos estaban fijos en mí. Ricardo me
rte, resonando a través del mi
os invitados. La sonrisa de Ricardo
iendo?", siseó Ricardo
sco. Me giré para encarar a los invitados y
que ha habido un malentendido. Yo pensaba que me iba a casar con un hombre que me amab
resonaron en el silencio atónito. Él me miró,
culo. De hecho, tengo un regalo de bodas muy especial para mi querido pro
puestamente para proyectar un video romántico de nuestra historia. "¡Q
mos libres" llenaron la visión de todos. Luego, las fotos. Ricardo y Carla besándose en el hotel, tomados de la mano, riendo. El murmullo de los invitados se convirtió en
ndo de cómo planeaba estafar a Ricardo después de usarlo a él y a su familia. La humillación era to
el sonido de mi propia respiración. Di un paso atrás, dejan
dirección contraria, alejándome del desastre. El vestido de no
ta por la rabia y la humillación. "
una mueca de furia. Me alcanzó a mitad del pasi
u aliento apestando a champán y de
cardo", respondí, mirándol
tante, pero antes de que pudiera hacer nada, una figura se interpuso entre nosotro
voz era tranquila pero con un filo de
sto, Héctor!", gritócon su traje impecable y su expresión impasible. Se paró frent
na disculpa a Sofía. También me debes a mí. Me debes dos millones de
o de su rostro. La revelación de la estafa financiera, frente
r fraude en tu contra. Y también acabo de ejecutar la cláusula de penalización de todos los préstamos qu
. Asentí, y juntos, con Héctor siguiéndonos de cerca, dejamos atrás el jardín, a un Ricardo destrozado y