n tormento de fuego, sentía las llamas lamiendo mi piel, un dolor insoportable que me hacía desear la muerte. Pero el dolor más profun
oso durante cuarenta a
una pizca de emoción, mientras el fuego crecía a mi alrededor. "Si
desde la mesa. Cuando el incendio comenzó, un accidente con un viejo calentador que él se negó a reparar, simplemente me dejó tirada en el suelo. Ahora
n susurro ronco, la esperanza era una brasa dimin
ías haberme dejado en paz hace cuarenta años, e
a punto de ceder. Mi vida entera pasó ante mis ojos, una sucesión de días grises sirviendo a un hombre que nunca me quiso, aguantando a su familia p
tad. Soporté a su madre y a sus hermanas, que me trataban como a una criada, y todo el dinero que ganaba con mi esfuerzo se iba en mantener su
mientras las llamas finalmente me alcanzaban, un último
iera volver... nunca, nunca volvería a
lor cesó. De repente, todo fue s