aire fresco de la noche se sintió como un bautismo, lavando el hedor a humo y desespera
que solía ser, el hombre que había matado para sobrevivir. Me juré a mí mism
iudad que Eva nunca pisaría. Tenía efectivo, suficiente para pagar la discreción. El "doctor" era un hombre canoso
-gruñó, limpiando la herida con un
etros de distancia. Yo era un músico que una vez tocó para multitudes que lo aclamaban, un hombre que se había casado con u
an amarga que c
a otra violación, la que no podía ver. La que me había robado el futuro.una dirección al otro lado del estado, una finca aislada que so
a del taxi. Apoyé la cabeza contra el cristal frío de l
en llamas, y Eva gritaba mi nombre, su voz llena de un
vida, no de fría posesión. Vi nuestra primera cita, el día de nuestra boda
con suficiencia desde su cama, el bastón de mi padre lloviendo sobre mí, el
corazón un peso de plomo en mi pecho. El camino por
Señor, ya
Desperté de un salto, mi corazón latiendo co
rtas de una finca enorme y extensa, rodea
sos silenciosos sobre los pisos de mármol. El lugar era más grandioso que el penthouse de Eva, pero era dis
de una mujer con una enfermedad terminal. En cambio, estaba lleno del sutil y limpio aroma d
casa. Una mujer estaba sentada en una silla de respaldo alto,
o? -pregunté,
e me cortó l
te, su piel brillaba de salud, sus ojos de un cálido e inteligente color café.
y caminó hacia mí, sosteniendo una pequeña caja
de matrimonio simple y elegante, una r
ndo a toda velocidad. El aroma a gardenia, su apari
dije, las palabras
de otra persona durante tanto tiempo que podía rec
ment