una realidad que no lograba conectar con su mente en ese momento. La noticia de su despido aún la golpeaba como un martillo. No solo había perdido su trabajo, h
La mujer en el espejo parecía perdida, derrotada. Había pasado semanas pensando en sus proyectos, en el futuro,
er ahora? - murm
invertido demasiado en su carrera, en su vida. ¿Acaso iba a dejar que un hombre como Hugo la
a saludó con una sonrisa que, en ese moment
a tomar? - le pre
os recuerdos que aún la atormentaban. Finalmente, sus ojos se posaron en el caf
negro, p
no pudo evitarlo. Su teléfono vibró sobre la mesa. Un mensaje. Era de Laura, su amiga má
Sé lo que acaba de
Estaba lejos de estar bien. Todo en su vida se sentía como un fracaso. Pero, ¿iba a seguir llorando
ero no voy a rendirm
amiga, con la misma preocupación en sus ojos que Samantha había visto tantas
fuerte, pero no dejes que te consuma. Ya sabes l
abios. Sabía que Laura tenía razón, pero, en ese momento, l
- Él ya ganó, Laura. Pero no se va a
ente a ella, sin
utela. - ¿Te vas a quedar aquí lamentándote por si
e, sus ojos brillando con
llen así. Hugo pensó que podía deshacerse de mí sin consecuencias. Lo q
o, luego asintió, comprendi
¿qué harás
e, casi inmediata. - Voy a competir con él. Le voy a demostr
ó las cejas,
al! Pero, ¿cómo vas a hacerlo? Necesitarás
a sería cuesta arriba. Pero algo en su interior le decía que tenía lo necesario par
o cómo funciona. Y tengo algo que Hugo no tiene: voluntad.
su amiga tan decidida. Le dio un
s. Y si necesitas algo, y
ntos. El café estaba ahí, enfrente de ella, pero ya no importaba tanto
en su interior. Hugo había subestimado a la muj
hacer esto sola. Pero, con la ayuda de los aliados adecuados, est