familiar. Mis brazos y torso estaban cubiertos de vendas, con
a junto a la ventana, mirándome
a equivocarte?", me preguntó sin u
endo mi garganta tan irritada
n tono bajo y amenazante: "Si vuelves a hacer algo así, la
sin ganas de discu
diante adornando su rostro. "¡Ericka! ¡Me alegra mucho
naba, su sonrisa se transformó en una mueca; aprovechando que Caleb no podía
rrió mi cuerpo; grité a la vez q
; en el instante que cayó al suelo, sus ojos se llenaron de lágrimas. "Ericka, ¿p
estra amabilidad!". Se acercó al soporte del suero intravenoso y arrancó la aguja de mi brazo. "¡No rec
zo detenerse en seco. No era de extrañar que la mujer reaccionara de esa manera; tenía en
con el dolor punzante y el envase de
ecibiendo nada más que agua; el dolor
, Caleb final
ordenó. "Ya tene
cidente que solo fue un montaje; el día que mi familia
me condujo hacia tres lápidas de mármol de aspecto impecable; en ellas es
late", m
as estaban muy déb
ó con una voz plana. "Permanecerás de rodillas sobre la grav
s, me abando
n la tela delgada de mis pantalones y luego mi piel; al princip
estaban sanas y salvas, probablemente disfrutando de un día en el spa. Repetí las palab
rodillas estaban totalmente e
sus labios al ver mi estado. "Sé que podrás volver sola a casa" dij
eferí arrastrarme hasta la oficin
alzó la vista, sus ojos se abriero
le?", preguntó
pesar del dolor. "Me gustaría comprar
por sorpresa. "¿Es
a los ojos y respon
mirándome. Estaba a punto de hacer más preguntas
ón regresó y me vio entrar en la oficina del cementerio. "¿Qué demonio