itud expectante que los vería. Ella, asmática, casi al punto de no poder respirar. Él,
de salida para enfrentarse a su destino, a
a correr intentando que el corazón
d la impulsaba a ir por más. Para él era una tarea simple, pero su rebeldía lo obligaba a ir
ltitud, que luego de unos segundos se podía sentir
a, en resumen, le generó la confianza que le faltaba. A él le recordaba a todas sus peleas, lo que hizo que se mareara p
n una cosa: los dos querían escapar d
había elegido correr carreras escolares. Él quería escapar de su
!", era uno de esos momentos de la vida los cuales pareciera que suceden conlugar, nada mal
ero su asma volvía cada vez más fuerte, quit
o a que la noche anterior no había descansado bien debido a que su padre le habí
a chica quien además era menor que él, se balanceó suavemente hacia ella dándole un empujón. Ella inmediatamente tropezó y cayó al
de sus asientos expectantes a ver lo que sucedería. Mientras que los dos yac
de la muchacha, lo que hizo que reaccionara de inmediato y se qu
mar la respiración de la jo
desesperada por aire, y lenta
*
ielo blanco, hecho de cemento, y unos pétalos az
ojos cafés los cuales la miraban fijo,
ir a verla al hospital. Ella negó confundida, sin entender qué había s
baja estatura-. Sólo tuvo un accidente asmático, le sugiero que no entre en pánico ni situaciones estre
l hombre y volvió su
ver la intensidad con la que los dos adolescentes se mira
su mirada del chico-. ¿Quién eres? -pre
do-. Me gustaría saber tu nombre, si no es molestia -prosiguió
l que me empujó en la carrera? -preguntó un poco molesta, l
e hombros-. Por eso vine a verte... Pero me sorprend
iudades, un ataque de asma es un asunto poco importante, especialmente
le eso a un completo e
ue tienes? -preguntó la chica in
me odian a mí. A veces mi padre se pone un poco violento
xtraño -ri
nca soy
mpletó la frase la adolescente-. Lo sé,
e tan peculia
ó ella de manera pensativa, haci
empre te veo entrenando en la pista, o leyendo en
rente a la escuela, o escuchando música bajo los árboles d
lgada, con un peinado extravagante y vestido negro ajustado
ones, se arrodilló
a MUY preocupada -sollozó falsamente, antes de not
sonrió falsamente el joven, es
... -murmuró la ch
importara la joven que estaba recostada en la camilla. Olivia miró
se, saludó a la chica con su mano sin d
que cercano a su hogar, con el uniforme escolar puesto y sus útiles a su lado, durmiendo no muy cómodam
, él lo pr
desgano, su padre lo insultaba, él solo se limitó a deja
a tostadas que provenía de la cocina,
con tonos claros como siempre hacía, pero para remarcar sus ojos utilizó un delineador negro, el cual hacía cont
o se despertaban para saludarla, y eso que entraban al trabajo sólo quin
horas en detención luego de clases. No es que él no tuviera deten
la perdición, sus padres odiaba
trada y alguien los
ruesa y ronca-. ¿Tarde de nuevo v
ó Callum de
? -prosiguió el adulto con desp
ontestó tímida e
ara almorzar y no me interesa si se desmayan de hambre -explicó
pero sus 17 años no le alcanzaban. Ella se dirigió asustada al suyo, te
ía tan
30 de la mañana, marcando la salida de to
os han sido los únicos