de mentiras. Me fui del hospital antes de tiempo, contra las órdenes médicas, porque
n la encimera, con un sonido frenético y desesperado. Pe
cada regalo que me había hecho, cada prenda suya que quedaba en el armario y
uvimos a solas no paró de quejarse del frío. Nuestra cena de aniversario, en la que pasó todo el tiempo envia
s sonriendo. Pero su sonrisa no llegaba a los ojos. Siempre lo había sabido, en el fondo. Simplemente no había querido verlo. E
apareció allí, despeinado, con los ojos desorbitados. No se
stabas el celular?", exi
bolsas de basura llenas con nuestra vida junt
o? ¿Dónde están tod
dicho todo cuando eligió a Brooke. Lo había dicho todo con la licencia frau
ira y miedo en la voz. Luego me agarró del brazo, con un apret
o. Sentí que me tocaba u
on", dije con una
o y su rostro se endureció. "Ya veo. Estás haciendo un
"Te lo dije, Ava. La situación era compleja. Salvar a Brooke era
umpí, cansada de su torrent
uchó. Nunca
sea difícil de co
nes y en sus promesas vacías. Había construido mi vida sobr
on un reproche en la voz. "A
ado', pensé.
oz a un susurro desesperado. "No pued
fuerza, su presencia física para dominarme, como si eso pudiera borrar
usó una de sus corbatas para atar mis muñecas al c
onvirtiéndose en una furi
Quería disfrazar su violencia de pasión, presentarla como
sesión. El estómago se me revolvió y una ola de náusea me atravesó. Ese hombre, al q
rza. Retrocedió con un gemido, llevándose una mano a
sgarrando mi garganta.
resión cambió. La locura se apagó, reemplazada por
guida salió de la habitación, dejándome atada a la ca
principal se cerró y la
egre
mentiras. Luché contra el nudo, pero lo había hecho con precisión
a con un dolor sordo y persistente. La fiebre empez
La había elegido a ella otra vez, y me había abandonado a mi sufrimiento. Su promesa de "resolver est
l hambre, el dolor y una desesperación helada me envolvieron. Harrison no