ote al atardecer, el cielo pintado en tonos de naranja y rosa.
obre una rodilla. Sostenía una cajita
bajo es ser imparcial, nunca permitir que las emociones nublen mi juicio. Pero con
legante, que atrapaba los últimos rayos del sol. Me s
te protegeré
entonces, diciendo lo que necesitaba para cerra
La fiebre estaba peor. Mi cuerpo dolía y la garga
dose contra la pared. Harrison estaba en el umbral, r
mío, Ava, lo
ñecas. Le temblaban las manos. "Me entretuve. Brooke
nte de disculpas y excusas que no significaban nada. Luego me c
r, no me dejes", repetía una y
éptico se había vuelto el telón de fondo de mi vida. Estaba atrap
a ladeada. Incluso dormido parecía un héroe, con su
ojos. Al verme despierta, se pre
tás desp
ento brusco me atravesó el costado con
ena de preocupación, intentando
notazo. El sonido resonó e
nos de un dolor que casi parecía real. "Adelante", d
. "Por favor, Ava. Haz lo que tengas que
lana. Estaba demasiado cansada para en
o. "Tuvo un ataque de pánico. Un episodio de estrés postraumátic
que evitaba mirarme directamente. Ha
había dejado en mis muñecas. Eran de un púrpura feo y
n un susurro. "¿Por qué desaparec
ió con veneno en la voz. "Está intentando s
ella. A cualquier
ole la espalda. "Necesito d
ió con terquedad. "Me voy
ba con su atención, un intento desesperado y empalagoso de compensar su crueldad.
susurrando con urgencia al teléfono. "Te llamo
nto me atravesó con un dolor helado. Un
e a nuestra casa. Brooke Shelton, frágil y hermosa, baj
"Brooke no se siente bien", explicó, evitando mi mirada. "Es una cortes
una expresión fugaz de culpa. Pero cuando Brooke abrió la puerta, su rostro cambió. La
ejó sin aliento. Esa era mi vida. Ver al homb
en un yate privado. "Solo los dos", p
ra, pero acepté, pues es
areció en nuestra puerta. Vestía un deslumbr
ro juguetón. "Mi coche no arranca. ¿Van a s
voz suave como la seda. "Justo íbamos a s
la tercera rueda invis
a?", preguntó Brooke, lanzándom
z, una mueca vacía.
era más que un relleno. Un obstáculo. Un accesorio e