s gestos y sonrisas tenía un trasfondo de seducción. Eso cautivó a los h
lacionó sin esfuerzo con los hombres, mostran
ía bastante exp
brindo por us
ermítame servir
¿quiere que be
rian fue bien reci
cliente de Rogelio, le rozó la mano con la
esbozó una sonrisa. "Señor Riley,
u mano con tacto, se di
bservaba de cerca, su silencio
ligera y elegante, y su melodio
otalmente fuera de las e
tez pálida. La había imaginado completamente
emba
ubestimado
so con fuerza y lo g
la atención de
, comentó él co
continuó: "Le pido disculpas. No compartí una copa con
o lencero se abrió, dejando entrever un poco de su pecho
un calor sin nombre surgió des
a por ello. ¡Fue él quien la
ás grave mientras ella le entregaba la
Estoy decidida a no traicionar su confianza. Me asegu
ntó él, levantando ligeramente una c
intió. "L
olo trago. Unas gotas le resbalaron por los la
a. Sentía la garganta en llamas, asfixiando sus se
había vuelto bastante a
on frialdad. Esta mujer er
permitiría ser cauti
so a un lado, su visión se nubló c
, consumir varias copas seguidas le pas
podía permitir
aleó y perdió el equilibrio,
entado a su lado, extendió la mano para agarrarla por la cintura y co
rovocó las risa
al menos noventa kilos, y su as
ndo", respondió Marian. "
pada por el agarre de Jayson, cuya insi
ate aquí. Vamos. ¡Que
entera de vino, con los oj
ferta. "Lo siento, señor Aston. No puedo b
el estómago, luchaba por c
un baño y aliviar su male
. Preguntó: "¿Qué? ¿No puedes
ó ella, intentando aplacarlo. "Le prome
ay muchos ojos puestos en nosot
volvió áspero, su des
encia. "Señor Aston, de verd
ona de alta alcurnia. ¿Acaso no es tu objetivo pescar a un
boca de Marian mientras usaba la otra mano
intentando esqu
escapar del agarre de un
ró la botella y la balanceó, rompi
as
e crujid
anto golpeó la frente de Jayson
yson. "¿Te atreves a peg
s de Marian era
e quedó clara con certeza: habí
iera a sus clientes, y ella acababa
Chapman podría salvarse, su pr
puesta a golpearla en la cara. La amenazó:
ostro, y sintió la brisa que le revolvía suaveme
emba
de alcanzarla, una voz fría interv
no de Jayson se quedó congelada en el aire, su
bastante rebelde. Permítame darle una lecci
eclinó en su silla y preguntó: "¿Quie
ué
cio, un silencio roto por
oven... era la
rian miró a Rogelio con
tidad con tanta naturalidad?
iable llevar a su esposa
ibles, mientras se dirigía a ella. "Cariño, ¿y
ombro recorrió
tos de la señora Bailey s
ibujó en las comisuras d
bía dominado el arte
la atrajo hacia su abrazo. En un movimiento suave, se quitó la chaqueta d
pedir que nadie vislu
a la oportunidad de e
rdido, balbuceó
e un momento?". La voz de Rogelio
ayson vaciló baj
intensidad. "¿No puedes responder? Enton
e un error mío. Es mi culpa. Por favor, perdóneme esta vez. Nunc
tarde", decl
arian por los hombros y la
llos, los gritos desesperados de
ecorrió la espa
ería de
ortante del vino por agua, pero aun así había consumido algo. Sus
ecuencias podrían ser nefastas. Un miedo insoportab
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