Instalar App
Historia
Rechazada por mi Alfa: El Ascenso de una Luna Silverwood

Rechazada por mi Alfa: El Ascenso de una Luna Silverwood

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1359    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:27

, era mi alma gemela predestinada. Un

otra loba, Serafina, como su Luna elegida, usando a un cac

hacia nosotros. Kaelen pasó a mi lado sin siquiera mirarme, protegiendo a

ra volteó

timarla, arrastró mi cuerpo herido a una piscina

rar, él se cernía sobre mí, s

despojaré de tu nombre y t

ar matarme convirtió la última

ferta para unirme a la

mas cada recuerdo que me había dado, viendo cóm

ítu

vista d

sado semanas perfeccionando. Esta noche era la víspera de mi decimoctavo cumpleaños, la noche antes de mi Primera Transformac

era nuestro. La Diosa de la Luna había tejido nuestras almas mucho antes de que naciéramos. Lo se

lo. El betún era del color de un cielo de medianoche, con delicados

nada, donde estaban las oficinas del Alfa. Él siempre trabajaba hasta tarde, administrando e

ible. Leche, talco de bebé y el olor dulce e inocente de un cachorro de lobo. Uno muy

oficina estaba ligeramente entreabierta. Se escuchaban voces: el ton

o, Alfa? -preguntó J

s costillas. Me pegué contra la fría par

desprovista de la calidez que yo a menudo imaginaba-. Necesita ver q

en mi estómago. Es

leto, más bien un susurro en el viento, un efecto secundario de mi inminente Transf

n en encontrar uno que no causara problemas.* Era el p

Alfa*, respondió Jax, su voz mental

rango que él siempre había favorecido. Estaban planeando montar una familia falsa, usando un cachorro

oso, tan lleno de emoción cruda que se sintió como un golpe fís

rmitiré que una Omega déb

uelo de mármol con un golpe suave y nauseabundo. El hermo

erpo. Sentía como si mis huesos estuvieran en llamas, retorciéndose y crujiendo. Mi visión se nubló

jar que me

curidad del bosque circundante. Cada paso era una tortura. Sentí mi columna vertebral alargarse, mis articulaciones dislocarse y volv

chando al Errante con una eficiencia brutal. Me había encontrado llorando, con la rodilla raspada y sangrando, y me había puesto una barra de chocolate en la mano. Su

era veneno, convirtiendo

dificultad. Miré mis patas. Eran enormes, cubiertas de un pelaje tan blanco como

desamor. Mis nuevos y poderosos sentidos captaron la red de Enlace Menta

, mi voz menta

tir tu dolor!* Su preocupación

oferta de estudiar en el extranjero. Iré al territorio de

i forma humana fue igual de doloroso. Desnuda y temblando, cojeé de

mi cabeza. Un mensaje formal

o, profesional. Una imagen brilló en mi mente: una pequeña y peluda

la decencia de decírmelo a la cara. Lo estaba hac

no importaba. Sol

puesta, haciéndola tan vacía y ob

mi

n. La daga de entrenamiento que me había regalado para mi decimosexto cumpleaños. Una vieja camisa táct

ta que no fueron más que brasas incandescentes, los últimos vestigios d

-

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY